El asesinato de Lucía Pérez, de 16 años, ha conmocionado a Argentina. La fiscal del caso, María Isabel Sánchez, lo llegó a definir como "aberrante". La adolescente de Mar de Plata, en la región de Buenos Aires, fue conducida a una casa donde sus agresores la drogaron para abusar de ella. No se conformaron con violarla, le introdujeron un objeto romo en la vagina que le provocó la muerte. Lavaron el cuerpo para intentar borrar las pruebas y lo dejaron a la puerta de un hospital.
Hay tres detenidos por el crimen. Pero el calvario de la familia no ha hecho más que empezar. Así lo ha denunciado su hermano Matías en una desgarradora carta publicada en Facebook, que firma como "hermano de Lucía, violada y asesinada en Mar de Plata". Comienza diciendo que le hubiera gustado ilustrarla con una fotografía suya con su hermana, riendo, o con la chica abrazada a sus padres. Pero no puede. La familia, revela, está recibiendo amenazas de muerte desde que el proceso saltó a los medios, y debe proteger su confidencialidad.
"¿Cómo era Lucía? Como el arte, como el rock, como el amor a los animales" - recuerda Matías con ternura a su hermana, para pasar a continuación a la reconstrucción de los hechos del terrible día en el que tuvieron conocimiento de su muerte. El pasado sábado 8 de octubre, relata, sus padres no la encontraron por la tarde en casa pero había dejado su ordenador encendido y su sesión de Facebook abierta.
"Lucía creía que iba a volver inmediatamente a su casa... Se la llevaron engañada". Uno de los puntos más escalofriantes de la investigación plantea que, efectivamente, la adolescente fue conducida a la casa en la que se produjo el crimen por una compañera de clase.
Fue horas después cuando les comunicaron que debían ir a comisaría porque "Lucía había sufrido un accidente". Matías describe los eternos diez minutos de espera en la oficina del comisario y el mazazo que supuso la comunicación de su muerte. "Se nos cayó el mundo. Pedí reconocer el cuerpo, pero se negaron. Me rehusé a irme e insistí incansablemente, hasta que pude verlo: estaba en una camilla, con los ojitos entreabiertos, como acostumbraba a dormir".
El hermano de Lucía concluye su carta asegurando que su lucha no termina con el procesamiento de los tres detenidos - Matías Farías, Juan Pablo Offidani y Alejandro Maciel - sino que pide ayuda para localizar a todos los posibles implicados. Y se suma al llamamiento para poner fin a los feminicidios en un movimiento que está tomando las calles del país para poner fin a la violencia contra las mujeres.
"Esta vez le tocó a Lucía sufrir esa bestial violencia de género, pero la próxima te puede pasar a vos, o a la persona que más amás en el mundo. Hay que tomar fuerzas y salir a las calles (...) Sólo así, evitaremos que maten a miles de Lucías más. Y sólo así podremos cerrar sus ojos, para verla descansar en paz".
"Soy bien puta"
Un mensaje paralelo al de Matías está apoyando en las redes sociales las iniciativas contra la violencia machista #NiUnaMenos y #VivasNosQueremos. En el texto, que se está viralizando rápidamente en las redes de habla hispana en las últimas 24 horas, se repasan diversos casos de crímenes contra las mujeres, como la violación múltiple que sufrió una adolescente en Brasil tras lo cual los agresores subieron las fotos a Twitter, o el de la niña argentina Micalea asesinada por resistirse a un agresor.
Se trata de una adaptación de un artículo publicado en junio de 2016 por Mariana Belloso en el medio argentino La Prensa Gráfica con el título "Ni una Menos", identifica Verne. Este a su vez procede de un post compartido en Facebook por la periodista mexicana Lydiette Carrión.
La constante que denuncia el mensaje es la de culpar a las mujeres de las agresiones que sufren por los motivos más anodinos: subir fotos a Facebook o sencillamente tener amigos masculinos, ponerse minifalda, romper con la pareja, viajar solas en el transporte público... toda una retahíla de justificaciones machistas que brotan en torno a cada triste suceso y terminan tachando a la víctima de "provocadora".
"Y podríamos seguir. Por un rato largo, porque la lista de víctimas de la violencia machista es eterna (...) Mañana puedo ser yo la puta muerta/violada/golpeada del día. Pero bueno, estas son pendejadas por las que se preocupan las feminazis nomás, que son unas pinches exageradas. Y unas putas. Siempre, siempre putas".
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