Conseguir que la Guía Michelin otorgue una o varias estrellas a un restaurante por su buen hacer en los fogones es el sueño de muchos hosteleros a lo largo y ancho de la geografía mundial. Sin embargo, hay pequeños restaurantes, bares más modestos, que no aspiran a tanto y se conforman con conquistar a sus clientes con un buen menú del día por un precio reducido. Ése había sido siempre el propósito de Véronique Jaquet, la dueña de Le Bouche à Oreille. Sin embargo, cuando el pasado miércoles comenzó a recibir un alud de llamadas solicitando reservas, supo que algo iba mal.
Le Bouche à Oreille es un restaurante modesto. Situado en la pequeña localidad francesa de Bourges y con apenas una veintena de mesas, su clientela principal está compuesta por trabajadores locales, que acuden a diario a degustar el menú que se sirve en el local por 12,5 euros y que prepara Pénélope Salmon, la única trabajadora, contratada a tiempo parcial por Véronique. Los vecinos siempre habían hablado muy bien de los guisos del local, pero nunca pensaron que su nombre llegaría algún día a aparecer en la Guía Michelin, siendo galardonado con una estrella. Este año ocurrió. Eso sí, por error.
La preciada guía gourmet quiso premiar el buen hacer de un restaurante con el mismo nombre, el Bouche à Oreille, situado en la localidad de Boutervilliers, a unos kilómetros de París. El local, que también ofrece menú (por 48 euros), no sólo comparte nombre con el restaurante de Véronique, sino también el nombre de sus calles (aunque a 200 kilómetros de distancia). Uno se encuentra en la Route de la Chapelle y el otro en Impasse de la Chapelle.
El error estuvo dos días en la web de la Guía Michelin, tiempo más que suficiente para provocar el colapso en el modesto restaurante de Bourges. "De repente, nos vimos saturados, llegaron los reporteros y mi hijo me llamó desde París, donde vive. Casi se muere de la risa. Tenía clientes nuevos y amigos preguntando por qué no les había dicho que habíamos ganado una estrella Michelin", explicaba Véronique a The Telegraph. La cocinera, Pénélope Salmon aseguraba al diario británico que nunca había soñado con ganar semejante galardón, pero eso sí: "Pongo mi corazón en mi cocina".
Tras solventar el error, los responsables de la guía gastronómica procedieron a disculparse con la dueña del bistró por el malentendido. "Por supuesto que no nos gusta cometer errores, pero errar es humano. Lo más importante para nosotros es que ningún restaurante se ha visto afectado negativamente", comentó un portavoz de la guía a The New York Times.
Pese al sofocón por la demanda inusitada de clientes en Le Bouche à Oreille (boca a oreja, en castellano), el restaurante de Bourges ha visto cómo la casualidad ha hecho que el pequeño local aparezca en los periódicos de medio mundo. Tal vez, a partir de ahora, ya no sea necesaria emplear nunca más esta popular fórmula para conseguir que clientes de distintos lares acudan a la pequeña localidad francesa a probar su menú de 12,5 euros. Que tal vez no tenga tanto glamour como uno de un restaurante con estrella, pero a buen seguro que puede resultar realmente delicioso.
Los menús de los dos 'boca a oreja'
Le Bouche à Oreille (Bourges): Con un precio fijo de 12,5 euros, el modesto local de Véronique ofrece un menú que incluye unos entrantes, embutido o ensalada, y un plato del día a elegir en el que destaca el buey a la Borgoña ('beef bourguignon'), la lasaña o el filete con patatas fritas. El menú se completa con una selección de quesos a modo de postre. Tal y como señala The Telegraph, si sólo quieres un plato, el menú saldría por 10 euros.
Bouche à Oreille (Boutervilliers): Este restaurante con una estrella Michelin ofrece un menú por 48 euros para sus comensales. Entre sus sofisticados entrantes ofrece un flan de langosta con guisado de gambas, un confit de ternera con huevo escalfado o una muselina de alcachofas de Jerusalén. Así, como primer plato tenemos cabeza de tenera con verduras de invierno o lomo en cortezas de hierba. Y para rematar la faena, peras con crujiente de chocolate, tiramisú o chocolate blanco con mango.