La fotografía es uno de esos casos fortuitos en los que un aficionado con un teléfono móvil caza en el momento y el lugar la esencia de un drama humano. El cuerpo de una muchacha descansa inerte sobre el suelo, la mejilla pegada a los adoquines de la ciudad vieja de Jerusalén, la mano contra la cara en un aparente gesto de reposo. A su alrededor vigilan militares, guardando el perímetro. Son los hombres que la acaban de matar. Sobre esta imagen, Juan Carlos Monedero condena y señala con el dedo: "Una niña. 20 balas en su cuerpo. Mas [sic] que años. No en Venezuela. En Palestina, ocupada por Israel. No oigo a los hipócritas como Pablo Casado".
La triste imagen se tomó el domingo en la Puerta de Damasco de la ciudad histórica. La adolescente ha sido identificada como Fatima Hajiji. Tenía 16 años y procedía de una aldea de Cisjordania. Hay dos motivos que llevan al ex número tres de Podemos a tuitear sobre el suceso. El primero, que el Congreso votará hoy la propuesta del PP de exigir al gobierno chavista de Venezuela, el mismo al que Monedero asesoró a través de la fundación CEPS, "respeto a la democracia", "garantía de la separación de poderes" y "liberación de los presos políticos".
El otro motivo es que, a través de su agencia oficial, la Autoridad Palestina ha condenado la "ejecución a sangre fría de la niña". Sin embargo, ni los propios palestinos intentan ocultar algo que el tuit de Monedero calla: que el incidente está siendo investigado como un ataque terrorista, una agresión con arma blanca como parte de la "intifada de los cuchillos" en la que participan personas captadas a una edad extremadamente joven y que desde 2015 ha dejado cerca de 300 de muertos.
Se trata de un terrorismo "low cost" y de tipo suicida. El agresor viajará a suelo israelí con un objeto cortante oculto y atacará indiscriminadamente, intentando acabar con la vida de la menos un hebreo antes de ser abatido. Otras modalidad es la que ya han usado yihadistas en Europa, la de embestir con un vehículo. Por la violencia ciega del acto, las fuerzas de Seguridad israelíes tienen autorización para disparar a matar. Esto fue lo que ocurrió el domingo por la tarde ante la puerta de Damasco cuando Fatima, según los soldados que custodian el lugar, sacó un cuchillo y se abalanzó sobre el militar gritando "Alá es grande". Aportan como pruebas, según el diario Haaretz, el cuchillo de grandes dimensiones y una carta con versos del Corán en la que se identificaba como shahada, "mártir".
Desde que empezara la "intifada de los cuchillos" en otoño de 2015, han muerto 262 palestinos y 41 israelíes tanto en los ataques con arma blanca como las operaciones de represalia. Desde que comenzó 2017 se han reducido los ataques con cuchillo, pero todavía el pasado 24 de abril otra adolescente palestina atacaba a una guarda de seguridad en un control entre Jerusalén y Ramada. El atentado más grave del año se produjo el 8 de enero cuando un camión arrolló a un grupo de soldados en Jerusalén, con un saldo de 4 muertos y al menos 15 heridos.
La puerta de Damasco es, además, el triste epicentro de los ataques, y el que concentra la mayor presencia militar y policial de la ciudad santa. Es el punto de ingreso al barrio musulmán y la Esplanada de las Mezquitas, y las autoridades israelíes advertían del "efecto llamada" que generaba entre los jóvenes captados para inmolarse. También hay una explicación más práctica, según contaba un vecino de la zona a EFE: "Los chicos que vienen de los territorios no conocen demasiado bien la zona y cuando bajan del autobús lo que encuentran más cerca es la Puerta de Damasco".
Entre los medios afines a la causa palestina se alientan la teoría de que el cuchillo fue colocado posteriormente por los propios soldados, que Fatima fue tiroteada cuando ni siquiera estaba cerca del control y que los militares la dejaron desangrarse sin permitir que le llegase la ayuda. Casos como el de Elor Azaría, el soldado israelí condenado por ejecutar a un palestino maniatado en el suelo, se citan como precedente. De esas fuentes saca Monedero la versión de que recibió "20 disparos, más que los años que tenía". Pero lo cierto es que ese dato es confuso, porque otros medios cifran en 20 el total de disparos, que tambiñen impactaron en calles y coches.
Las fotografías del cuerpo de Fatima tomadas por la espalda - y que pueden herir la sensibilidad del lector - muestran que efectivamente recibió varios disparos. Según las misma fuentes afines a Palestina, probarían que la chica fue rematada en el suelo. En cualquier caso el número real de balas que habría recibido no añade ni quita nada al drama humano ni a la inconveniencia de usarlo como munición del enfrentamiento político y el "y tú más" en España.
No fue la única salida de tono que realizó Monedero en defensa de Venezuela del día. Para justificar el enfrentamiento de Maduro con la Asamblea Nacional, a la que el Tribunal Supremo retiró las funciones legislativas, afirmó que Venezuela es un "sistema presidencialista" como Francia en el que el "Parlamento debe rendir cuentas al Presidente". Es una definición desafortunada para un profesor de Ciencias Políticas: tanto el en sistema presidencialista como en el parlamentario rige la separación de poderes.
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