La historia del beso imposible entre un búfalo y un leopardo

Accionar el clic de una cámara en el momento justo puede significar la más grande de las manipulaciones. Ángulos que se superponen para regalarnos imágenes tan insólitas como la que traemos a continuación.

La cadena alimenticia y la ley de la selva han condenado a la incomprensión a búfalos y leopardos. Unos son comida para otros, de modo que parecería imposible que acabaran por darse ninguna muestra de cariño si no se tratara de un señuelo con intenciones bien distintas en el fondo.

El amanecer en la reserva de caza de Sabi Sand, en Sudáfrica, fue para un joven leopardo el presagio de un gran banquete que no terminó como esperaba. Una manada de unos 80 búfalos se paseaban por sus fauces mientras él permanecía oculto en lo alto de un árbol caído. 

Por su olor

Su intento de novato por hacerse con alguna presa acaba frustrado y con el consecuente cabreo del búfalo. La res estira entonces la cabeza para olfatear la posición del felino, que hace lo propio y, por un momento, parece que sus morros llegan a tocarse para fundirse en un tierno beso.

Fue el veterano naturalista Bennet Mathonsi quien captó las imágenes, que se han popularizado gracias a la publicación de National Geographic. El director de conservación y veterinario de la Great Plains Conservation Foundation en Botswana, Markus Hofmeyr, aseguró que se trataba de un espectáculo "muy raro", describiéndolo como una "liberación de energía casi cómica para deshacerse de la tensión" entre depredador y presa.