Un pueblo de Cádiz le declara la "guerra" al Louvre
En La Jungla. La localidad de Alcalá de los Gazules quiere recuperar una pieza que se expone en el museo francés después de ser usurpada en el siglo XIX.
1 agosto, 2018 20:14Los expolios forman parte de la historia de la humanidad. Pueblos que ganan a otros pueblos y usurpan su patrimonio, personajes que se adjudican sus hallazgos materiales y los venden como si fueran suyos. Los museos están plagados de piezas que, a lo mejor, tendrían que estar exhibidas en otros lugares muy distintos.
Es el caso del Bronce de Lascuta, una tablilla que recoge uno de los documentos en latín más antiguos de la Península siendo una de las primeras piezas que prueba la presencia romana en Cádiz. Hallada en 1866 en Alcalá de los Gazules, actualmente está expuesta en el Museo del Louvre francés.
Después de un primer intento por recuperarla en los ochenta -el Ayuntamiento recibió a cambio una réplica que conserva en su Salón de Plenos-, ahora la Diputación quiere recuperar la original, vendida al museo en 1868 por parte de un ingeniero polaco que la habría adquirido a bajo coste después de su hallazgo por parte de trabajadores del pueblo.
La Junta y el Ministerio
El alcalde de Alcalá, el socialista Javier Pizarro, en declaraciones a El Periódico, ha asegurado que "no se trata de abrir un conflicto diplomático, sino recuperar lo que es nuestro, porque se descubrió aquí".
Fue el primer edil quien impulsó la moción de la Diputación de Cádiz, aprobada por unanimidad, instando a la Junta de Andalucía y al Ministerio de Cultura a emprender las acciones que fueran necesarias con Francia para recuperar la pieza, de incalculable valor.
El testimonio de una liberación
El texto de la inscripción que figura en el Bronce de Lascuta está en latín arcaico y data del 189 antes de Cristo. En él se recoge el decreto promulgado por el cónsul Lucio Emilio Paulo que liberaba a los habitantes de la Torre Lascutana, ubicada en Alcalá, de la servidumbre a la que estaban sometidos por Astia Regia, una ciudad que se ubicaba cerca de Jerez.
Un gesto de agradecimiento de la autoridad romana por la ayuda de los pueblerinos en la contención de una rebelión contra el Imperio, recogen los historiadores locales. Fue desde la publicación de decreto cuando pasaron a depender directamente de Roma y a poseer las tierras que cultivaban.
No fue hasta finales del siglo pasado cuando los historiadores de la zona se interesaron por ella y el Museo decidió exhibirla entonces en el mismo lugar donde sigue actualmente, el Departamento de Antigüedades Griegas y Romanas, pasando bastante desapercibida cuando en Alcalá de los Gazules estaría en el lugar que le correspondería.