Durante décadas, para las mujeres entrar en una discoteca era como adentrarse en una jungla en la que nunca sabías cuántas manos te iban a tocar y en qué parte. Uno podía pensar que con el feminismo y el movimiento #MeToo las nuevas generaciones serían más respetuosas que las que crecieron en un ambiente distinto. Sin embargo, no es así.
Las más jóvenes siguen igual de desprotegidas, a pesar de todas las campañas de concienciación, todas las manifestaciones y el bombardeo mediático y en redes sociales. Una madre ha acudido a Twitter para explicar lo que le sucedió a su hija de 16 años en una discoteca y parece que los tiempos cambian, pero algunos hombres no:
El hilo ha sido aplaudido no solo por los padres de chicas, también por los padres de algunos chicos:
Algunos usuarios han apuntado a la necesidad de educar también a las niñas, tanto para no acosar como para reconocer las agresiones.
Y es que a veces parece que avancemos demasiado poco a poco: