La despedida de soltero/a es un extraño rito de pasaje en la existencia del individuo, en la que el futuro cónyuge es sometido a humillaciones erótico-festivas en beneficio de sus presuntas amistades. Cómo Mariano Rajoy, expresidente del Gobierno, puede acabar entrando en esa ecuación es algo que no se explica a primera vista- aunque, después de todo, el mandatario que nos dejó un inmortal "¡Viva el vino!".
Los protagonistas del "secuestro" (ex)presidencial son una cuadrilla aragonesa que había escogido Sevilla para realizar la despedida, según relata El Heraldo de Aragón. El atuendo escogido para la operación era, para los celebrantes, una camiseta con la escasamente original imagen del hombre evolucionando hasta quedar doblegado por la mujer, y para el novio, un disfraz de cucaracha, en presunta referencia a un bar que sirve de punto de reunión de la pandilla.
La alegre francachela abordó el AVE en la estación de Delicias en Zaragoza y fue entonces cuando descubrieron que entre los pasajeros se encontraba Rajoy. El antiguo inquilino es un gran usuario de la Alta Velocidad Española, un hábito que presuntamente adquirió para evitar las críticas por desfalcos en el transporte que han plagado la breve legislatura de Pedro Sánchez. A bordo del tren le hemos visto vivir sinsabores como los retrasos y alegrías como las victorias deportivas.
El caso que decidieron abordar al político del PP, que como hasta Jordi Évole llegó a admitir, es en el cara a cara cuando da lo mejor de sí mismo. "Como presidente no parecía la alegría de la huerta pero en las distancias cortas gana mucho", describen los simpáticos asaltadores. Rajoy se dejó llevar e incluso se bebió un whisky a la salud del novio. Una fotografía proporciona la evidencia gráfica de un feliz expresidente abrazando a la cucaracha gigante.
Hay que resaltar que la última vez que se mencionó a Rajoy y al whisky en una misma noticia fue en circunstancias mucho más tristes para él. El resto de detalles del simpático asalto a su persona han caído, desafortunadamente, en el olvido. El diario aragonés especula con que habría recibido el tratamiento de las celebridades reconocidas por la calle y otorgado a sus fans una interpretación de sus mejores hits, empezando por: "Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde..."