La mayoría de los adultos saben por experiencia propia qué se siente al tener resaca. Despertarte desorientado después de una noche en la que te has pasado con el alcohol. La cabeza parece que te explota, el estómago solo te acepta agua y comida basura, no generas saliva y te sientes como si te hubiera pasado un camión por encima.
Lo que pasa es que estos síntomas, dignos de cualquier patología, no son suficientes para llamar a tu jefe y decir que no vas a trabajar. El cuerpo las hace y el cuerpo las paga. Ahora, quizás los juzgados le empiecen a echar un cable a los juerguistas porque un tribunal de Frankfurt (Alemania) ha dictaminado que la resaca es una enfermad porque provoca cambios "en el estado o en la actividad normal del cuerpo".
Esta sentencia, de la que se han hecho eco los medios internacionales, se propició por la denuncia de una asociación contra una empresa que se dedica a distribuir y comercializar una "bebida contra la resaca". Prometían que sus síntomas desaparecerían al ingerir el mejunje junto a una barrita energética, un extremo que la entidad consideraba falso basándose en "evidencias científicas" que asumieron también los jueces.
El misterio del desencadenante de la resaca
El texto de la sentencia apunta que "la información sobre un producto alimenticio no puede atribuir ninguna propiedad para prevenir, tratar o curar una enfermedad humana ni dar impresión de tal propiedad", incidiendo que la "enfermedad" puede ser "incluso mínima o temporal, del estado normal del cuerpo".
Los científicos no han podido precisar del todo qué es lo que desencadena la resaca en nuestro organismo y, por lo tanto, no existe una cura para ella. Sí se sabe que el cerebro sufre deshidratación, pero no cómo se desencadena el proceso, aunque la teoría más respaldada es que se trata de una reacción del sistema inmunológico a las bebidas destiladas.
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