El pasado miércoles, el candidato por Más País a las elecciones generales, Íñigo Errejón, desveló en un mitin una de sus propuestas para desbloquear la formación de un nuevo gobierno tras los comicios. Durante un acto en Bilbao, en el que estuvo acompañado de Manuela Carmena, defendió que los diputados no cobrasen hasta que hubiera investidura.
"Desde Más País proponemos que desde que se conforme el Congreso, los salarios y las retribuciones de los diputados estén congelados hasta que se forme gobierno, y así veríamos cómo los cálculos de partidos darían paso a más generosidad", decía Errejón sin ser muy consciente de que esa misma medida ya la había puesto encima de la mesa Vox en el mes de julio.
Las críticas a esta "medida excepcional" no tardaron en llegar, sobre todo, a través de las redes sociales. No obstante, de todo el runrún que se pudo leer en Twitter, la respuesta más aplaudida llegaba de la mano de una antigua compañera de partido de Errejón, la exeurodiputada de Podemos, Lola Sánchez Caldentey.
Una camarera en el Europarlamento
Sánchez le explico muy claramente al líder de Más País en un hilo por qué la medida que estaba proponiendo olía a neoliberalismo a kilómetros. Y lo hizo hablando en primera persona y recordando cómo se las tuvo que apañar para ir pagando las deudas que le había generado su decisión de entrar en política:
Por el momento, Errejón no ha retirado la propuesta; pero hay que ser comprensivos, puede que también esté cansado de la campaña, como le ocurrió a Pedro Sánchez, y eso le haga decir cosas que, en realidad, tampoco piensa.
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