El chiste de Pérez-Reverte por el que le llueven críticas: "rancio" y "machista"
En La Jungla. En su afán por distraer a la población española durante el confinamiento por coronavirus, el escritor derrapa con una 'gracieta'.
17 marzo, 2020 03:03Noticias relacionadas
Prometió dedicarse exclusivamente a hablar de libros, pero como dice el proverbio árabe, "el hombre hace planes y Dios se ríe". Arturo Pérez-Reverte regresó de navegar el fin de semana y se sumó como el resto de españoles al confinamiento preventivo para reducir la incidencia del COVID-19, la enfermedad transmitida por el nuevo coronavirus que ha provocado una pandemia global y amenaza con colapsar la sanidad.
Y bien que ha hecho: desde su domicilio en Cartagena, Murcia, el escritor y académico se ha sumado a los tuiteros que ayudan a sus seguidores a sobrellevar estos momentos difíciles con consejos y reflexiones. Así, recomienda lecturas (El conde de Montecristo, por supuesto), ofrece hilo musical (Resistiré, claro, con Alaska y el Dúo Dinámico) y no ceja en sus campañas habituales: mucho cuidado con quien pretenda deshacerse de su mascota aprovechando la crisis, don Arturo sigue vigilando.
También, como el resto de nosotros, pobres almas encerradas entre cuatro paredes, Pérez-Reverte necesita reírse. Lo hace, por ejemplo, sacando su lado más picarón compartiendo un bando italiano fake por el que un municipio prohibiría las "orgías" y el "gangbang" (sexo en grupo) para prevenir el contagio. "Empieza a no valer la pena mantenerse vivo", musita el autor, como un arcipreste de Hita redivivo.
En Italia empieza a no valer la pena mantenerse vivo. pic.twitter.com/NZKebSIFqv
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) March 15, 2020
Sin embargo, en su afán por divertir a España el escritor derrapa en algo que ya es su terreno resbaladizo predilecto. Lo hace compartiendo un chiste de un amigo suyo, con unas caricaturas de género dignas de matrimoniadas, según el cual todos los maridos de España se encuentran ahora forzados pese a su estolidez natural a montar los muebles de Ikea, atrapados por las arpías de sus esposas que son incapaces en circunstancias normales de apretar un tornillo.
El tufo a alcanfor ha llevado a muchos de sus seguidores a responder: Don Arturo, así no.
En mi casa la que monta los muebles de IKEA soy yo 😳
— Juana FS 👩🏻💻 🧘🏻♀️ (@juanafer) March 15, 2020
Ups se le escapó un poco de machismo en su tweet
— Granaina (@terebelle) March 15, 2020
Comentario bastante machista, mejor cambie sus costumbres, mejor: "no hay nadie que se escape de montar"..., es algo diferente, ve usted?
— Alberto Muñoz Pérez🔻💜🇪🇸 (@amunper29) March 15, 2020
Suerte en su montaje, buena reclusión camarada.
Es que te sale el machirulismo cada vez que hablas, majetón!
— TBañobre🌻♀️ (@tbanobre) March 16, 2020
Asociar varón (y además casado) a montar muebles, es de una casposidad extrema. Sobre todo si son de @IKEA
¿Los solteros no montan estanterías? ¿las mujeres tampoco?, no se lo tome a mal, pero es usted un tonto ilustrado, eso si chulo como el que mas
— novata (@carmengascah) March 16, 2020
Y es que al académico se le pueden estar yendo de las manos lo de ofrecer consuelo a las familias afligidas por el teletrabajo sin conciliación. Como lo de sugerir la serie de comienzos de siglo, Cálico Electrónico, para niños de "diez o menos". Sí, esa en la que el prota recitaba poemas como Mi amor, sentirás solo la esencia / pues me acercaré con gran disimulo / algo más notarás mi presencia / cuando te la meta por el cul*".
Para tener a los niños de 10 en adelante (o de menos) entretenidos y quietos, y también a algunos papás, propongo esta muy gamberra salvajada, de la que soy fan absoluto: Cálico Electrónico. https://t.co/bDuw1l2ygY
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) March 15, 2020
En fin: en estos tiempos inciertos, es preferible quedarse con lo mejor que cada uno tiene que ofrecer. Y en el caso de Arturo Pérez-Reverte, es su prosa y su sabiduría.
Si dura mucho, seguramente nos cambiará para bien. Si dura poco, no habrá servido de nada. O eso me temo. Probablemente, en tal caso, volveremos a ser los de siempre. El ser humano tarda en aprender las lecciones, y además procura olvidarlas pronto.
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) March 15, 2020