Durante esta cuarentena, la mayoría de nosotros nos estamos planteando cuáles son para nosotros lo bienes de primera necesidad. Aunque nadie cuestiona la importancia de la comida o de la atención sanitaria, en los últimos días hemos debatido sobre si podemos vivir, por ejemplo, con las peluquerías cerradas durante mucho tiempo.
Una celebridad que ha hablado positivamente sobre dejar abiertas las peluquerías ha sido, inesperadamente, la gran Carmen Lomana. En su Twitter confiesa haberse llevado "un susto" al hablar por videoconferencia con amigos suyos que no se están arreglando el pelo ni cuidando su indumentaria durante la cuarentena. "Si nos tiene que pillar el virus, que nos pille guapos".
Pero, además de la comida, la salud y la vanidad, las personas durante una cuarentena necesitan entretenimiento. Aunque está visto que lo que más estamos haciendo estos días es un consumo excesivo de redes sociales y de plataformas de series y películas online, la cuarentena no es mal momento para reencontrarnos con pasatiempos más tradicionales y, en la gran mayoría de ocasiones, más estimulantes.
De esto sabe mucho el escritor de grandes aventuras, Arturo Pérez-Reverte. ¿Que cuál es su bien de primera necesidad? Huelga decir que son los libros. En uno de sus últimos tuits nos deja una recomendación: que leamos El Conde de Montecristo, la novela de Alejandro Dumas. Una historia de aventuras que, probablemente, conozcamos más por el cine.
Reverte asegura que esta novela es especialmente apropiada para "estos tiempos, miedos y esperanzas". Se refiere a que el protagonista de la novela, Edmundo Dantès, pasó 14 años preso en el Castillo de If, una terrible cárcel francesa. A pesar de que nuestras casas no pueden compararse con los horrores de este penal, es posible que nos identifiquemos con algunos aspectos de la situación.
Eso sí, mientras que lo que mantenía cuerdo a Dantès eran sus deseos de venganza contra quienes le encerraron y cavar un túnel para escapar, nosotros deberemos hacer caso a las autoridades y no salir de casa si no es absolutamente necesario. De todas formas, el género de aventuras con personajes aislados es extenso y a Iñaki López también se le ha ocurrido un título con el que identificarnos: