Que el presidente Trump haya tenido que ser evacuado durante un tiempo al búnker de la Casa Blanca nos sirve para hacernos una idea de la magnitud de las protestas que se suceden a lo largo y ancho de Estados Unidos después del asesinato de George Floyd a manos de un policía, la chispa que faltaba para encender la mecha de la tensión racial que existe en el país.
Uno de los lugares en los que se han llevado a cabo disturbios es Louisville, la urbe más grande del estado de Kentucky. Allí han mancillado la estatua de Luis XVI, que perdió una mano durante las revueltas. El que fuera rey de Francia hasta que la revolución lo sentenció a muerte inspiró al militar George Rogers Clark para ponerle su nombre cuando fundó la ciudad en 1778, en agradecimiento a su respaldo en la guerra.
La noticia no habría alcanzado mayor relevancia en nuestro país si no fuera porque el duque de Anjou, Luis Alfonso de Borbón —continuador del monarca francés y primero en la línea de sucesión del hipotético trono de Francia—, ha puesto el grito en el cielo por los desperfectos en la estatua de su antepasado: "Como heredero de Luis XVI y ligado a la defensa de su memoria, espero que el daño sea reparado y la estatua sea restaurada. Quiero agradecer de antemano las medidas que tomarán las autoridades", escribió.
Los comentarios que se cuentan por miles en el tuit de Luis Alfonso van desde los que le dicen que "deberías de estar contento ya solo con estar pegado a tu cabeza" o que identificarse como Borbón en un tiempo en el que las calles están llenas de multitudes cabreadas no es la mejor idea hasta los que le afean que se acuerde de una estatua cuando "Estados Unidos se desmorona bajo un racismo sistémico".
Le dicen que vive "desconectado" de la realidad al llorar un monumento y no "la injusticia sistémica con toda una raza": "Un pueblo oprimido y martirizado está comenzando su emancipación y lo único que le viene a la mente es la reparación material de un símbolo de opresión real", le han escrito.
Aunque la referencia más utilizada por sus críticos ha sido la guillotina, puesto que Luis XVI fue asesinado por este método en enero de 1793:
En España, los tuiteros han decidido tomárselo directamente con humor:
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