Viernes 27 de noviembre, 21:30 horas. La Policía de Bruselas recibe varias llamadas de vecinos quejándose del gran ruido que salía de un apartamento situado en el centro de la ciudad. No solo el escándalo molestaba, sino también que las personas que se encontraban en el interior estarían vulnerando las medidas restrictivas, ya que en Bélgica están prohibidas las reuniones con más de una persona fuera del domicilio.
Los agentes se llevaron una sorpresa cuando accedieron al apartamento y se encontraron con una orgía gay en la que había unos 25 hombres, entre ellos un europarlamentario húngaro del partido ultraconservador Fidesz, József Szájer, de 59 años. Un tipo que vetaba el matrimonio homosexual y defendía los valores familiares cristianos en Budapest, participando en la retórica anti LGTB que promueve su formación al tiempo que participaba en orgías gay en Bruselas.
Por si fuera poco bochorno, Szájer intentó huir de los agentes deslizándose por las tuberías del tejado del apartamentoal saberse descubierto, pero un peatón lo vio y avisó a la Policía. Solo un par de días después, sin que el incidente hubiese visto todavía la luz, el húngaro presentó su dimisión con efecto a partir del 31 de diciembre alegando que su actividad política le estaba causando una "tensión mental creciente".
"Qué gritar en una orgía"
Fue el diario La Dernière Heure quien desvelaba la orgía y, a partir de ahí, se desataron los rumores que finalizaron con la confesión de Szájer: "La prensa belga ha informado de una fiesta privada en Bruselas el viernes. Yo estaba presente", ha escrito en un comunicado en el que obvia los aspectos más escabrosos de la fiesta pero pide perdón a sus allegados y también por haber vulnerado las restricciones Covid.
Por si hasta aquí la historia fuese poco estrambótica, ha salido a escena el dueño del apartamento y organizador de la orgía, David Manzheley, para detallar que era la primera vez que Szájer acudía a una de sus quedadas sexuales, las cuales convocaba a través de una aplicación de eventos de sexo en grupo. También ha acusado del chivatazo a orgías rivales; esto es, a competidores que organizan eventos parecidos en la ciudad.
Con todos estos mimbres no es de extrañar que en Twitter se estuvieran frontando las manos para acabar arrancando las carcajadas con memes como estos:
De hecho, también han procurado contestar a la pregunta ¿qué gritar en una orgía?:
Sin duda, la historia de Szájer seguirá trayendo cola —que diría Matías Prats—y será una excelente manera de ir despidiendo este intenso 2020.