Este miércoles, cuando Galicia volvía a marcar un nuevo récord en las cifras de la Covid con 21.293 casos activos, 1.093 personas hospitalizadas y 178 en UCI, entraban en vigor las medidas más restrictivas dictadas en la comunidad desde la primavera de 2020. Estirando al límite sus competencias, el presidente Alberto Núñez Feijóo ha establecido lo que muchos han denominado como un "confinamiento encubierto".
El Diario Oficial de Galicia recoge la nueva normativa que fija la prohibición de reunirse con personas no convivientes y establece un cierre perimetral en los 313 municipios gallegos de los que solamente se podrá salir si se cumple alguna de las excepciones recogidas. Una de ellas, quizás la más surrealista, es participar en una jornada de caza de jabalí o lobo. Según la cláusula, los cazadores tienen vía libre para moverse por donde estimen oportuno.
Teniendo en cuenta que miles de gallegos no pueden ir a ver a sus seres queridos que viven en las residencias que están situadas en otro municipio distinto al suyo, que la hostelería y las instalaciones culturales (bibliotecas, cines, teatros) han tenido que echar el cierre y que el comercio no esencial no puede abrir más allá de las seis de la tarde, para muchos resulta indignante este trato de favor con la caza.
Cuestión de prioridades
Los ataques de lobos a las explotaciones ganaderas y los accidentes de tráfico y otros destrozos provocados por los jabalíes pesan más en la balanza de la Xunta de Galicia aunque se hayan registrado brotes, como el del pasado mes de noviembre en Sarria que atestigua La Voz de Galicia, durante reuniones de cazadores. Ahora podrán seguir reuniéndose y circular con total libertad.
El texto del decreto 8/2021 del 6 de enero deja claro que "quedan exceptuadas de las limitaciones a la entrada y salida de personas de los ámbitos territoriales y las restricciones a las permanencia de grupos de personas en espacios públicos las acciones de caza colectiva que se realicen exclusivamente sobre las especies cinegéticas del jabalí y del lobo".
"En todo caso —continúa el texto de la Xunta— durante el desarrollo de estas acciones de caza deberían cumplirse las condiciones establecidas por la consellería competente en materia de medio ambiente, así como las medidas de prevención que adicionalmente puedan ser establecidas por las autoridades sanitarias".
Indignación en Twitter
No es de extrañar que un gran número de gallegos ―algunos de ellos sin poder salir de su municipio desde que empezaron las restricciones a principios del mes de noviembre—, hayan mostrado su indignación por tan inesperada excepción a la norma y quisieran compartirla a través de mensajes como estos en Twitter:
Otra de las cuestiones que ha enfadado a parte de la sociedad gallega es que mientras no podrán ir al cine, al teatro, a la biblioteca, al gimnasio, a la piscina o al restaurante, las personas creyentes sí podrán acceder a las iglesias y otros lugares de culto porque permanecerán abiertas. No podrán, no obstante, superar un tercio de su capacidad y tendrán que garantizar el mantenimiento de la distancia de seguridad.
Eso sí, el un alarde de innovación, el comité de expertos ha tenido consideración con las parejas que viven en distinto domicilio y las personas que viven solas. Así, las primeras podrán reunirse sin inconvenientes y las segundas podrán "ampliar su unidad de convivencia" integrando a otra persona que también viva sola con la que podrán tener contacto.