Antes de que comenzara eso que llamaron desescalada, cada día a las ocho de la tarde toda España salía a sus ventanas y balcones para aplaudir a las personas que seguían trabajando mientras el mundo se derrumbaba. Personal sanitario, sí; pero también transportistas, trabajadores de emergencias, de limpieza, de logística, de supermercados, del ámbito social. Millones de desconocidos que nos estaban cuidando, las más de las veces en unas condiciones precarias.
Aquel aplauso normalizado, que nos hacía también socializar con el vecindario, parece ahora muy lejano y seguramente esa sea una de las razones por las que ha sido tan emotivo el homenaje que han querido brindar desde el programa La noche D, presentado por el cómico Dani Rovira en Televisión Española, a los que han bautizado como "los héroes del coronavirus". Profesionales de los que, esta vez sí, hemos sabido sus nombres y a los que les hemos podido poner cara.
El programa de Rovira, que parece haber enganchado a la audiencia, centró su tercera emisión en reflexionar sobre la fama y el prestigio. Colaboradores, invitados y el propio presentador —que admitió que "ser famoso es una movida"— han analizado las venajas y los inconvenientes de un éxito que, para el cómico, se resume en "dormir tranquilos por la noche, en estar rodeado de buena gente".
"Esto es el éxito"
Cuando el programa tocaba a su fin, Rovira sorprendía presentando a ocho desconocidos que entrarían en el plató en los minutos siguientes: "Las personas que van a pasar por esta alfombra roja deberían ser muchísimo más famosas de lo que son", anunció, añadiendo que se trataba de "las personas más relevantes de los últimos tiempos" antes de comenzar a presentarlos uno por uno al tiempo que ocupaban su lugar designado guardando las distancias de seguridad.
La primera en entrar ha sido María Huerta, enfermera de UCI en el hospital madrileño Gregorio Marañón; seguida de José María Grande, efectivo del Cuerpo de Bomberos de Madrid que no solo atendió emergencias, sino que repartió alimentos y desinfectó residencias en las peores semanas de la pandemia. También tuvimos la oportunidad de conocer a Juan José Vadillo, uno de tantos transportistas que se cruzaron España con las áreas de descanso cerradas.
La ovación también fue para Alba Martín, que trabaja en un supermercado; para Francisca Ramírez, de los servicios de limpieza; para Kena Romero, una voluntaria que ayudó a repartir alimentos en los barrios; a Alberto Vázquez, de la Unidad Militar de Emergencia (UME), que trasladó a pacientes a hospitales, y para Ingrid Ceballos, empleada de una de las residencias de Madrid donde lograron que no entrase la Covid. Con todos en el plató, en el que ha sido el momento más emotivo, Rovira destacaba que "esto es el éxito".
Ovación en las redes
El aplauso televisivo a los ocho hérores del coronavirus no se limitó al público y a la audiencia que estaba al otro lado de la pantalla en el momento de su emisión, sino que se extendió por la inmensidad de las redes sociales que han mantenido el nombre del presentador en la lista de tendencias de Twitter buena parte de este miércoles, muchos de ellos reconociendo, incluso, que se les habían saltado las lágrimas:
Nunca habrá aplausos suficientes para agradecerles a todos ellos (y a los muchos que faltan) que hayan estado al pie del cañón.