El batacazo electoral de PSOE en Madrid sigue cobrándose víctimas aunque para muchos no sean las correctas. Este jueves el Partido Socialista abría expediente a dos históricos, el expresidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, y el exlíder de los socialistas vascos, Nicolás Redondo. Ambos han sido críticos con la gestión de Sánchez, han rechazado públicamente los pactos con ERC y Bildu, y también han participado en actos de Díaz Ayuso.
En concreto, en plena campaña electoral ella acudió a la Fundación Alma Tecnológica de la que forman parte y la acompañaron a visitar un centro de equinoterapia en la Venta de la Rubia donde están haciendo un proyecto para personas con diversidad funcional. Isabel Díaz Ayuso los había elogiado entonces, apreciando que le trasladaban "cantidad de soluciones" para las problemáticas actuales.
Esa aparición con Ayuso parece haber sido la gota que ha colmado la paciencia de los socialistas que, valiéndose de lo recogido en sus estatutos, los ha expedientado. Leguina se enteraba este viernes por la prensa y decía, sin pelos en la lengua, que se la sudaba: "Como dicen los castizos, me la suda. Si soy culpable de este desastre que venga Dios y lo vea", ha dicho en una entrevista en Onda Cero.
La culpa es de Adriana
Leguina siguió despachándose a gusto, afirmando que Pedro Sánchez tendría que "irse cuanto antes porque el responsable del desastre es él" y valorando que, si finalmente los expulsan del partido, "ya volveré al PSOE cuando se vaya este señor". Mientras el expresidente madrileño señalaba al presidente del Gobierno, Twitter hacia lo propio con otra persona de su entorno: Adriana Lastra.
La asturiana, vicesecretaria general del PSOE, no es la persona favorita de los tuiteros —dicho sea de paso— y la han hecho responsable de los expedientes abiertos a Leguina y Redondo. ¿El resultado? Su nombre encabezando la lista de tendencias de Twitter por una chaparrón de críticas que todavía le siguen cayendo encima en forma de comentarios como estos:
Lastra, por su parte, ha preferido no entrar al trapo en Twitter.