Escribío Gabriel García Márquez en sus memorias, acerca de la nostalgia, que "como siempre había borrado los malos recuerdos y magnificado los buenos". A los españoles nos ocurre exactamente esto cuando hablamos de algunas épocas pasadas, especialmente de los años ochenta. Hemos asistido a la enésima resurrección de los grupos de la Movida y asistimos estupefactos a la desmitificación de personajes que seguramente ya eran igual de idiotas por aquel entonces, pero no nos dábamos cuenta.
Cuando se habla de aquellos chavales modernos que se movían en los bares de moda y les hacían la reverencia a los pinchas solemos olvidarnos, por ejemplo, de que también hubo otros muchos chavales, quizá menos modernos y quizá más de provincias, que borraron a su generación del mapa por culpa de la droga. Sin embargo, como ha dejado dicho el bueno de Gabo nos deslumbran los buenos recuerdos.
Puede que esto mismo sea lo que le ha pasado a José Manuel Soto. El pobre hombre lleva unos días especialmente indignado con el Gobierno de Pedro Sánchez por culpa del indulto a los presos del procés y este domingo parece haber estallado. En el séptimo día, el de descanso del personal que tiene la suerte de descansar, le ha dado al cantante andaluz por reflexionar en torno a esa máxima de que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor.
"No somos ni sombra de aquello"
Soto ha compartido en su cuenta de Twitter su nueva inquietud. Afirma que "en los 80 España era la admiración del mundo, un país próspero, libre y tolerante que había conseguido reconciliarse y miraba al futuro con optimismo". Sin embargo, para el andaluz las cosas habrían cambiado mucho 40 años después: "No somos ni sombra de aquello y estaría bien reflexionar y ver qué nos ha pasado", se ha preguntado.
Las reacciones de sus seguidores no han sorprendido, la verdad, señalando como culpables mayoritariamente a los líderes socialistas como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero o al propio Pedro Sánchez, entre otras cuestiones:
Los seguidores de Soto se están fraguando su futuro como analistas políticos tuiteros, de eso no hay duda.