El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha sorprendido al mundo entero con el secreto que ha desvelado este jueves en la rueda de prensa celebrada desde la Casa Blanca. Los periodistas habían puesto sobre la mesa las quejas de varios de los empresarios norteamericanos que están denunciando lo que califican como una importante falta de mano de obra en el país y la reflexión del mandatario no ha dejado a nadie indiferente.
Los conservadores creen que se debe a un "excesivo" plan de estímulos y subsidios de la Administración de Biden tras la pandemia, otros analistas lo ven como algo puntual que se debe a un reajuste del mercado tras la Covid porque mucha gente ha cambiado de sector y los progresistas creen que se deben subir los salarios porque advierten que muchos trabajadores de puestos no cualificados en EEUU precisan de ayudas para vivir además de su sueldo.
En esta línea, Biden sorprendió a todos desde el atril acercándose a los micrófonos para susurrar la fórmula mágica para acabar con la escasez de la mano de obra: "¡Pagadles más!", aseguró con una mirada burlona. Ha añadido también otra obviedad afirmando que "esa es ahora la moneda de cambio de los empleados", como anunciando a los que parecen no haberlo entendido que la esclavitud se abolió en todo el país en el siglo pasado.
Aunque el fragmento viral es este, Biden siguió completando su explicación ante la prensa y advirtió que las empresas "van a tener que competir y empezar a pagar a las personas trabajadoras un salario decente". Las palabras del presidente estadounidense, nada sospechoso de ser un peligroso comunista, han gustado tanto a la izquierda española que incluso las ha compartido la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz:
También las ha retuiteado Izquierda Unida y otros políticos como Íñigo Errejón, de Más País:
Pero sus reacciones no han sido las únicas ni mucho menos. La izquierda tuitera no sabía muy bien si aplaudir a un neoliberal como Biden o burlarse de que sus palabras, si no las hubiese pronunciado él, seguramente generarían el rechazo de la derecha considerando que conformaban una consigna poco menos que comunista:
Cabe recordar que una de las promesas de Biden en campaña fue precisamente el aumento del salario mínimo de los 7,25 dólares actuales hasta los 15 dólares la hora que tendrán que pagar a sus trabajadores, al menos, todas las empresas bajo contrato con el Gobierno federal.