Aunque en España, afortunadamente, los tiroteos en centros escolares nos suenen lejanos y más propios del cine, esta es una trágica realidad en la que viven millones de escolares estadounidenses, de ahí que haya campañas de concienciación específicas para tratar de abordar esta problemática. En este contexto, se ha vuelto a viralizar en las redes sociales un anuncio de la fundación Sandy Hook Promise que ha generado un gran impacto en Twitter.
Comienza como un anuncio inocente en el que los niños y niñas muestran los objetos que estrenan en su vuelta al colegio: mochilas, cascos auriculares o zapatillas deportivas. Sin embargo, rápidamente el espectador nota que algo va mal y la chaqueta nueva se convierte en el último candado posible para bloquear una puerta, un monopatín recién comprado sirve para romper un cristal y huir de un aula o las tijeras y bolígrafos se blanden como espadas.
También los calcetines que le acaban de comprar a una adolescente le valen para practicarle un vendaje a su amiga herida. Por último, en una desgarradora imagen final se ve a una niña escondida en un baño a oscuras, dirigiéndose a la cámara para valorar que "finalmente conseguí mi propio teléfono para mantenerme en contacto con mi madre" mientras llora asustada y le manda un último "te quiero".
Prevención y no acción
Lanzado en diciembre de 2012, Sandy Hook Promise quiso llamar la atención sobre la necesidad de que se actúe contra los tiroteos con políticas en programas de prevención y control de armas, y que no se pase la responsabilidad al alumnado, que practica simulacros en escuelas de todo el país para aprender a hacerse un búnker o a reanimar a posibles heridos, entre otras tácticas de defensa. Ha sido el escritor Javier Castillo el que ha recuperado ahora el vídeo que se ha hecho popular de nuevo:
La gerente de Sandy Hook Promise en el momento de lanzamiento del spot había asegurado ante la prensa que querían "centrarnos en ese tiempo de regreso a la escuela porque los padres todavía piensan que es un momento de color de rosa en el que obtienen sus grapadoras, zapatos o carpetas, pero es un momento de violencia para muchos niños".