Que haya un tipo de caligrafía, descuidada y de lectura dicífil, a la que hemos rebautizado como letra de médico en nuestro país dice mucho sobre las dificultades que se encuentran los profesionales de las farmacias para poder despachar los medicamentos que les han recetado a sus clientes. Si bien es cierto que la receta electrónica ha acabado con la mayoría de estos escollos, de vez en cuando las prescripciones a mano vuelven a poner en la encrucijada a las farmacias.
En La Jungla ya habíamos hablado en su momento de un grupo de Facebook en el que farmacéuticos de toda España intercambiaban recetas confusas para tratar de descifrar el nombre que se oculta tras esas líneas, y esta vez ha sido en Twitter donde un profesional madrileño ha buscado ayuda al darse por vencido, compartiendo una fotografía de la receta en la que se podía descifrar una ese inicial a duras penas, pero nada más.
Frustrado por no poder saber a ciencia cierta qué pone para despachárselo a su cliente, preguntó al resto de tuiteros del gremio si no les parecía "una falta de respeto" las recetas "tan ilegibles", a la vez que les lanzaba el reto de dar con el medicamento en cuestión:
Cientos de reacciones después, ante tal garabato, han preferido tomarse a broma el asunto y hacer aportaciones como estas, indignadas e hilarantes también:
No obstante, también hay que darle la enhorabuena a algunos que sí han sabido de lo que se trataba:
Finalmente, el farmacéutico tuitero le preguntó al paciente si tenía el informe en alguna plataforma donde pudiese verlo mejor:
Cualquiera diría que en la carrera de Medicina imparten una asignatura de caligrafía encriptada.