La rocambolesca historia de Regina, la tuitera que encontró las cenizas de su padre ordenando su mesa
En La Jungla. Haciendo un alarde de humor negro en homenaje a su padre, una de ellas ha contado la historia que ha conquistado Twitter.
5 enero, 2022 01:58Noticias relacionadas
Despedirse de alguien a quien quieres es duro incluso cuando su vida ha sido larga, pero se hace mucho más difícil si ocurre de pronto, con muchos años por delante y tantas cosas por hacer, por disfrutar. Cada persona reacciona a su manera, lo gestiona como puede y lleva la ausencia del modo que se le presenta más fácil. Mientras algunos pasan el duelo sumidos en la tristeza, otros enganchan pronto la rutina, aunque sea solo en apariencia, y dejan que el tiempo haga su trabajo.
Después está el selecto grupo que reflota pronto los buenos momentos vividos con los que ya no están. Esos que son capaces de reírse pronto, de celebrar la vida, fuese corta o larga, de buscar consuelo en eso que llamamos humor negro para salir airosos de la pena. Entre estos, sin duda, está Regina, una tuitera que ha relatado con maestría una rocambolesca historia en la que ha compartido la muerte de su padre, los trámites en la funeraria y el inusual tratamiento que le dieron a sus cenizas.
El relato, que está generando miles de reacciones en Twitter, empezaba casi sin querer, con este tuit que compartió el pasado lunes. "Ordenando el escritorio me he encontrado con lo que me queda de mi padre", anticipaba la tuitera, acompañando el mensaje de una fotografía en la que se puede ver una bolsa de cierre hermético manchada en su interior con un polvo oscuro y, sobre ella, escrita una sola palabra: "Viejo".
Ordenando el escritorio me he encontrado con lo que me queda de mi padre y me he acordado de @veganibalecter y su humor negro.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Por aquí también gastamos de eso. pic.twitter.com/XEDR5QjPSR
Despertó la curiosidad ese primer tuit de Regina y ella se sintió en deuda con los curiosos, así que empezó a contar la historia de cómo había acabado tal cosa en su escritorio:
Como veo que este tuit suscita interés os voy a contar la historia completa de primera mano, de cómo acabó esto en mi escritorio 👇🏻 https://t.co/RB7d2YVRDE
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Recordó entonces el fatal diagnóstico de cáncer de colon de su padre a sus 62 años, pero la risa brotó pronto, al comentar que, "como mis padres hacían todo juntos, mi madre también tuvo su cáncer porque no iba a ser menos":
Allá por 2012 mi padre se puso muy enfermo y le dieron de 4 a 6 meses de vida. Eso fue en julio, así que de regalo de Navidad nos comimos un funeral.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Tenía cáncer de colon estadio IV y poco se podía hacer. 62 años.
Como mis padres hacían todo juntos (jaja) mi madre también
tuvo su cáncer porque ella no iba a ser menos. También de colon, pero ella no acabó hecha cenizas.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Allá por diciembre mi viejo ingresó por última vez. No sé si sabía que se moría o es que no quería saberlo. Estaba muy bien, con solo suero en vena, sin dolores, pero desahuciado.
Esperando lo inevitable, Regina narra aquellos días en los que primó el practicismo y logra, en su relato, que la comedia esté presente incluso en los trámites más dolorosos —por lo absurdo que suponen en esos momentos de despedida—, escribiendo el guión de la mejor comedia:
El día que la palmó entró la médica a hablar con él, luego habló conmigo. Cuando entré de nuevo a la habitación tuvimos una amena charla:
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
-Regi, ¿sabes qué me ha dicho la médica?
-¿Qué?
-¡Que me puedo morir!
-Hostia, aita, ¿para qué crees que he llamado al notario para que venga a las 15h?
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Vamos, que firmó el testamento, que ya le valía, con empresa a su nombre y varios trabajadores y el testamento sin hacer y se murió.
Hicimos el funeral, tras el que le reñí a mi cuñado porque
le había dado propina al cura por un puto funeral en el que le había llamado "Joaquín" y mi padre se llamaba Javier. Vamos a ver, una puta cosa tienes que hacer.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
En la funeraria otro tanto. Llegué allí y me llevaron a la sala de exposición de ataúdes.
-¿Cuál es el más barato?
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
*el pavo flipando un poco*
-Que cuál es el más barato.
-Ese, el de 600€.
-Joder, 600€ para quemar 🤦🏻♀️
*la cara ya un poema*
-¿Y sin el Cristo?
-250€ menos.
-Pues me lo quitas también, que es pa quemar.
Me comentó no sé qué del sudario, que era de tela acrílica. "Así prenderá mejor", le dije.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Como una es práctica pero elegante elegí una urna biodegradable donde se meterían las cenizas y que se podía plantar porque traía semillitas. Sobre plano todo bien.
El día de la cremación fui a buscar los restos y estuve charlando con el del crematorio, que qué de peso había sacado el hombre, decía yo. Él, que no todos los muertos en cenizas pesan tanto y que había habido que machacarlo mucho porque quedaron trozos grandes. Una charla amena.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
De vuelta a la realidad de la rutina y del hogar, Regina y su hermana tuvieron que lidiar con la humedad de Donosti:
Al volver a casa con el viejo metido en la urna le dije: «Aita, vuelves a casa hecho polvo».
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Mi hermana lo guardó en un armario hasta que decidiéramos dónde plantarlo.
Pero la casa de mi hermana era muy húmeda, esto es Donosti, aquí llueve de pelotas.
Un día me dice: «Llévate al viejo que en mi casa le están saliendo champiñones»; la urna se estaba reblandeciendo. Me lo llevé a mi casa y empezó a secarse.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Pero a los meses, en una fecha super señalada, llegué a casa y la urna se había roto y mi padre estaba todo esparcido
por el suelo. Así que lo más práctico era agarrar la escoba y el recogedor y volver a montarlo, pobre. Lo metí en una bolsa de Eroski porque no tenía otra cosa. Ahí estuvo en una esquinita hasta que mi hermana y yo encontramos la solución.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Y terminó por llegar la solución al pequeño problema:
Mi hermana pasó un día por Zara Home y vio un jarrón como una bolsa, plateado con estrías, con un agujero en la parte de arriba. «Hostia, buen sitio para el aita», así que lo trajo.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Pero había un problema: la bolsa de Eroski no entraba por la boca del jarrón y recordemos que mi
padre había dejado mucho residuo (la broma con eso fue gorda porque se pasó dos meses que no se dejaba cortar las uñas de los pies y de ahí creemos que vino tal cantidad de cenizas). Yo tenía en casa bolsas de bocadillo así que hicimos cuatro paquetes y los metimos en el jarrón.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Parecía que todo había terminado, pero no. Primero sacamos una bolsa para echarla por el monte Jaizkibel el día de mi boda. Luego otra bolsa se fue para echarla en Navarra, tierra que le gustaba mucho.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Luego un familiar nos pidió otro poco porque su abuela, la madrina de mi padre
quería ser enterrada cuando tocara con un pedacito de su ahijado. A quien pidiera le dábamos.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Total, que yo me compré una joya funeraria en 2020 (recordemos que murió en 2012) para llevar cenizas y le pregunté a mi hermana si quedaba algo, que no necesitaba mucho.
Cuando parecía que todo estaba más o menos controlado, a Regina se le presentó el reto que nos ha traído hasta aquí:
«Una bolsa de bocata. Mañana te doy». Como no necesitaba tanto llevé a casa de mi hermana la bolsita zip de IKEA para coger un poco.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Todo bien hasta que hubo que meter una ínfima parte de mi viejo en la joya. No sé si pillé un trozo de uña del pie o qué, pero qué grumos.
Puse una toalla debajo de la bolsa y a darle con el martillo para dejarlo en una ceniza fina que cupiera por la abertura. De ahí que la bolsa esté como machacada (sin el «como»).
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Al haber varios muertos en la familia y para no liarme le escribí el nombre a la bolsa con rotu
indeleble y como yo todo lo importante lo guardo en mi escritorio, ahí se fue mi viejo, junto a la tarjeta de la Seguridad Social, la de Leroy Merlín, el carnet de la uni del año 99 y esas cosas que se usan a diario.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Y esa "bolsa de bocata" con cenizas de su padre es el hallazgo que ha mostrado a Twitter, además de la herencia de un humor negro del que su padre se sentiría orgulloso:
Hoy, haciendo orden, me lo he encontrado y me he acordado del humor negro.
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Porque sé que él se estará riendo, porque era un hombre que cuando íbamos al cementerio a llevar flores insistía en llevarse al perro y decirle «¡Busca, busca!».
Y, por si quedaba alguna duda, el "bonus track" lo confirma:
Bonus track "uñas": de madrugada, cuando estábamos en el hospital y ya estaba muerto me viene una enfermera:
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
-Oye, tu padre no parecía tan alto, casi no nos cabe en la bolsa de muertos.
*Mi padre medía 1,72-5*
-Serán las uñas de los pies.
No me contestaron nada, sería el shock.
Finalmente, Regina nos ha presentado al "guapazo" de su padre:
Y este es mi padre en sus años mozos. Un guapazo de cuidado, con ojos verdes que tiene mi hija. pic.twitter.com/h1t9yQeXOF
— Regina, -æ C. E. 🦓🏊🏻♀️🧛♀️🐼 (@reginacortes) January 3, 2022
Y nos ha confirmado que el humor no es lo único que les ha dejado en herencia.