"Hay personas increíbles todavía en este mundo y hemos sentido ese amor de muchos de vosotros. He querido compartir mis sentimientos, pero me ha costado encontrar las palabras. Ahora es el momento de ser la voz de mi héroe, mi único hijo que nos fue arrebatado". Así empieza la carta que Andrew ha compartido en su cuenta de Instagram días después de que su hijo Drayke se suicidara con tan solo 12 años.
Hace 11 días era la madre quien se despedía del niño, también en Instagram, con un desgarrador mensaje que acompañaba una foto con Drayke: "Este es el resultado del bullying..." Una idea en la que Andrew ha querido incidir para concienciar y evitar que esto vuelva a suceder: "¿Qué haría que un niño de 12 años perdiera tanta esperanza en su corazón como para atarse la capucha al cuello para quitarse la vida?" Y responde con una palabra: "¡¡¡BULLYING!!!"
Drayke llevaba ya mucho tiempo sufriendo acoso escolar. En alguna ocasión, incluso, había tenido que ser curado de heridas a consecuencias de golpes en el ojo. Además, claro, de todo el maltrato psicológico y verbal del que fue víctima.
Drayke era un apasionado del baloncesto. De hecho, tenía el sueño de convertirse en el jugador más bajito de la NBA. Por ello, no es de extrañar que la propia NBA se haya sumado a las condolencias. Al igual que para las miles de personas que han mostrado su desconsuelo en redes sociales, les parecía trágico que no se pusiesen medidas antes pese a las evidentes señales de que Drayke estaba sufriendo bullying. Ahora es demasiado tarde, ya que como expresa su padre: "Mi hijo ya nunca podrá casarse ni tener hijos". El bullying y el silencio cómplice han truncado su vida.
También se han sumado cuentas de Instagram contra el suicidio infantil dando una serie de advertencias para que el entorno de los menores sepan si sus hijos están siendo víctimas de bullying: una habitual, por ejemplo, se da cuando el niño comienza a aislarse.