Madrid es una de las ciudades más encantadoras del mundo, como demuestra la increíble cifra de turistas que cada año se pierde por sus calles. En 2021, por ejemplo, cerca de cinco millones de personas visitaron la capital de España, lo que supuso un incremento del 77% respecto al año anterior (sí, lleva trampa: el covid paralizó muchos viajes). Uno de los motivos son las decenas de monumentos y lugares históricos que integran la ciudad: de la Puerta del Sol, ahora en obras, al Templo de Debod venido de Egipto. Sin embargo, hay uno que casi nadie conoce y Twitter se ha encargado de desvelarlo.
Se llama Jorge Bernabéu y, como ingeniero civil comprometido, "defiende el valor social y cultural de las obras públicas", dice en su cuenta de Twitter. En el hilo que ha escrito, descubre uno de los secretos mejor guardados de Madrid: la existencia de un viaducto gigante, construido en 1933 por Eduardo Torroja, y que en la actualidad se encuentra enterrado.
Son muchos los puentes madrileños que tienen un encanto especial. El Puente de Perrault, en Arganzuela, es famoso por sus voladuras de acero que lo hacen semicubierto. O el Puente de Segovia, tantas veces visto en películas de Pedro Almodóvar o Jonás Trueba, conocido por los casos de suicidios desde lo alto. Sin embargo, el Viaducto del Aire, bautizado así por su "levedad y transparencia", no sale en libros ni series de televisión.
Bernabéu cuenta que Torroja fue un ingeniero de caminos, canales y puerto increíblemente innovador. Un adelantado a su tiempo, aunque su destino en la memoria colectiva haya sido similar al de su viaducto. "Sus obras tienen formas sencillas pero encierran una gran complejidad técnica. Antes de los 35 años proyectó tres estructuras laminares de hormigón armado que asombraron al mundo", cuenta.
Entre sus obras más destacadas se encuentran el mercado de Algeciras, el hipódromo de la Zarzuela, el frontón de Recoletos, o el viaducto de los quince ojos. En cuanto al Viaducto del Aire, destacaba porque "los montantes se empotran en el arco y en el tablero, su esbeltez las hace flexibles a las deformaciones longitudinales. Su separación no es constante, sino que disminuye hacia la clave del arco para corregir las proporciones entre altura y vano", explica Bernabéu.
Según desvela este ingeniero, el viaducto del Aire "aún existe intacto, pero no se puede ver". La explicación de esto reside en que "el tranvía dejó de funcionar, el arroyo se rellenó y dos obras terminaron de enterrarlo a finales de los 60: los aparcamientos del recinto de La Moncloa y la corona de espinas de Higueras y Miró. No obstante, tal y como le han señalado en Twitter, algo queda: