Macarena Olona deja la política alegando un problema de salud. La portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía lo ha hecho público este viernes a través de las redes sociales, confirmando que "ha llegado el momento de poner fin a esta etapa por razones médicas ajenas a mi voluntad". Lo ha escrito en una carta, donde traslada también que "ha sido un privilegio compartir estos años de enorme crecimiento de Vox, miles de kilómetros recorridos, jornadas interminables y la permanente entrega a España".
Calificando a su partido como "una familia que no ha perdido la esperanza del cambio que merece España", Olona ha explicado que logró completar la campaña electoral en las elecciones andaluzas e incluso llegó a tomar posesión del cargo de diputada, pero "la salud no entiende de compromisos" y es ahora cuando tiene que "afrontar un importante reto personal", avanzando que el tratamiento es "incompatible con la exposición mediática y la entrega que Andalucía merece".
Desde su partido se han desecho en halagos hacia Macarena Olona, diciendo que deja "una huella imborrable de ejemplo y trabajo", mientras políticos de otros partidos como el presidente de la Junta, el popular Juanma Moreno Bonilla, le ha deseado "una pronta recuperación y lo mejor en el futuro". Ella, ha compartido el texto de despedida y un par de fotografías de su reunión con Santiago Abascal, presidente de Vox, al que presentó su renuncia:
La de Olona es la tercera renuncia de una mujer a un cargo público en poco más de diez días. La primera llegó de la mano de Adriana Lastra el pasado 18 de julio y la segunda con Dolores Delgado, que dejó su puesto como fiscal General del Estado un día más tarde. Las tres han argumentado en su adiós la misma motivación: la salud. Sin bien en el caso de la exfiscal y la de Vox no se le ha puesto nombre a la dolencia que padecen, sí ha trascendido que la socialista está embarazada.
Decía Lastra cuando dimitió como número dos del PSOE que "cambios importantes" en su vida le exigían "tranquilidad y reposo", sin mencionar lo que se supo después: está inmersa en un embarazo de riesgo. Sin embargo, a la socialista no se la creyó y se la juzgó en las redes sociales. Primero, se relacionó su dimisión con las grietas que existían entre ella y otros miembros del equipo de Sánchez y después se cuestionó que no hubiese preferido coger una baja antes de dejar su puesto.
La jueza de las dimisiones
Se la tildó de poco feminista por aquello y se cargó duramente contar ella. Paradojas de la vida, una de las más beligerantes fue Macarena Olona, con dos tuits especialmente desagradables. En un primer momento publicó esta foto de Lastra con Mertxe Aizpurua, diputada de Bildu, asegurando sobre ella que "arrastró a España por el fango. Ahora sin principios y sin cargo. Roma no paga traidores":
Minutos más tarde, Olona publicaba un segundo tuit al respecto, afirmando que "una mujer no debería verse obligada a dimitir por su embarazo":
Once días después, los mensajes de Olona no han podido envejecer peor. Sin embargo, Adriana Lastra, lejos de ensañarse, ha preferido instalarse en la elegancia aunque sin renunciar a la oportunidad de enviarle un recado: "El feminismo no cuestiona las decisiones individuales de las mujeres, sino los motivos que las obligan a tomarlas", ha dicho la socialista con retintín, sosteniendo que entiende y comparte "el resposo y la tranquilidad que se necesitan para afrontar asuntos médicos".
"Te deseo toda la suerte del mundo, Macarena", ha terminado escribiendo en su tuit Adriana Lastra, que ha recibido un aplauso unánime y el respaldo de no pocos tuiteros. De hecho, han sido multitud los que se han venido quejado de este doble rasero a la hora de hablar de una y de otra:
Las decisiones personales que atañen a la salud no deberían cuestionarse en ningún momento sean políticas o fiscales generales del Estado las que las arguyan.