Uno de los dilemas que más quebraderos de cabeza supone para las familias tiene que ver con la edad a la que es recomendable que un menor tenga un teléfono móvil. De hecho, en las últimas semanas ha ido ganando seguidores la propuesta que habla de prohibirlos hasta los 16 años, un extremo al que están queriendo replicar los psicólogos pidiendo que se trabajen otras cuestiones antes de la prohibición. De hecho, quizás todo este debate sería un poco más sencillo si los adultos hiciésemos examen de conciencia.
¿Hasta qué punto le interesarían los móviles a los niños si no nos viesen continuamente con el teléfono en la mano? ¿Querrían tener uno propio si no le hubiésemos enchufado el nuestro desde su más tierna infancia para entretenerlo y que no molestase? Teniendo claro que somos los adultos el espejo en el que se miran y que los pequeños aprenden lo que nos ven hacer, más allá de lo que les decimos, el vídeo que se ha hecho viral en los últimos días supone toda una bofetada de realidad que está llamando a la reflexión.
El autor es Jacob Angulo, padre de dos niños pequeños y creador de contenido, que dedica sus vídeos en Instagram y TikTok en trasladar algunas situaciones que se dan en la relación de padres e hijos. Aboga por pasar tiempo de calidad con ellos y reivindica que cada momento de atención que se les brinda es importante en la formación del adulto del futuro. En el vídeo viral, se muestra en una pantalla partida lo que sucede cuando él tiene el móvil en sus manos y cuando no lo tiene, viéndose perfectamente cómo fluye la interacción cuando el teléfono no entra en la ecuación:
Aunque el vídeo original que se ha subido a las redes de Jacob a finales de octubre, el tuitero Ceciarmy lo ha compartido este miércoles, alcanzando en pocas horas a más de un millón de cuentas y logrando comentarios que aplauden la moraleja:
Sin duda, una reflexión necesaria en nuestros días.