No es 2 de mayo, pero los madrileños han empuñado las armas de nuevo contra el enemigo. Esta vez son dialécticas y los enemigos no vienen de Francia, sino de Murcia, pero igualmente han agraviado a la ciudad y están teniendo que pagar por ello. Quizás el autor de este hilo viral que para muchos desprende "madrileñofobia" aparezca ahora diciendo que era un experimento sociológico porque lo cierto es que se ha metido en un charco que se veía de lejos.
Partiendo de la premisa de que los madrileños ya están un poco hartos de que el resto de los españoles los tengan siempre en la boca para quejarse, sobre todo en las épocas veraniegas en las que huyen de la ciudad, hay que estar muy despistados para cargar también contra ellos y la masificación de su centro en unos días como el puente de la Constitución, precisamente cuando a España entera le parece que ir a Madrid a ver las luces y darse un paseo es el mejor plan del mundo.
El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, acaba de dar el impulso a los que estaban aun dudosos y animaba a la gente estos días para acudir a una "ciudad maravillosa que está viviendo un momento muy especial, que acoge y recibe con los brazos abiertos", resaltando que además está "engalanada con motivo de las Navidades, en estado de ebullición y con una serie de alternativas de ocio, culturales y gastronómicas que les garantizo que no tiene ninguna capital de Europa".
"Hay colas por todos lados"
No es de extrañar que medio país se haya ido a Madrid y que este mismo jueves el Ayuntamiento haya tomado la decisión de activar el nivel negro por alta ocupación, admitiendo una saturación excepcional en áreas como el transporte y los espacios públicos.
En este contexto, el murciano Daniel Méndez, un redactor publicitario y colaborador de Diario de Murcia, ha querido meter el dedo en la llaga y criticar que haya "colas por todos lados":
A partir de este primer tuit ha ido hilvanando un hilo en el que carga contra no poca gente: "magufos de las matemáticas que dan la vuelta a la manzana para comprar en Doña Manolita", "influencers para la apertura de una tienda efímera de Shein" y "la España que se va de puente a una ciudad contaminada, atestada de obras, de ruidos, de atascos y coches, que ama la muchedumbre, el jolgorio, el infierno en vida".
Siguiendo esta senda de tolerancia y positivismo, Daniel arremete contra "la gente que está encantada de hacer horas de coche o tren para esperar" y también contra un Madrid "cada vez más desustanciado, focalizado en echar a sus ciudadanos y en llenarse de turistas desubicados". Asimismo, se ensaña con unos visitantes que desprecia porque van a "ver las luces navideñas, comer en franquicias que ya tienen o tendrán en sus ciudades o paladear unas rijosas e industriales patatas bravas en la Gran Vía a 9 euros y hora y media de espera":
No tenemos claro si Daniel pensaba salir indemne de su hilo o si lo que buscaba era precisamente lanzarles un torpedo a la línea de flotación del madrileñismo para teenr divertimento, pero sin duda ha logrado cabrear muchísima gente en la red social X:
Un par de horas después de publicar, suponemos también con el móvil echando humo de las notificaciones por mensajes en los que no le llaman precisamente bonito, Daniel quiso dirigirse a los madrileños que se estaba tomando sus palabras "como algo personal y no como una crítica a una realidad política":
Asegura que esta "realidad política está afectando a otras muchas ciudades" y les pide, como chascarrillo final, que le compren un boleto en Doña Manolita, suponemos que porque él no querrá hacer la cola al lado de los magufos de las matemáticas.