Durante los seis años de la Educación Primaria, los cuatro de la Secundaria y los dos de Bachillerato, a los estudiantes no se les plantea un dilema tan trascendental como el que llega al terminar la Selectividad -que el próximo curso será sustituida por la polémica reválida de la Lomce-. Es esa disyuntiva de elegir qué carrera universitaria cursar el próximo curso y que decidirá, probablemente, su futuro laboral.

Una decisión que podrá ser aplazada desde este curso un par de años más. Llegan a la Universidad española los grados abiertos: varias carreras de la misma rama del conocimiento en una sola titulación que permiten a los alumnos indecisos un tiempo extra de juego para decidir qué título quieren obtener al finalizar sus estudios superiores.

Aterrizan directamente en la Universidad Carlos III de Madrid siguiendo el modelo estadounidense dos grados abiertos. Uno en Ingeniería y otro en Ciencias Sociales y Humanidades. Ambos ofrecen la posibilidad de comenzar los estudios sin necesidad de decidir “inmediatamente” qué grado cursar. “Es una oportunidad su dudas sobre qué titulación se ajusta más a tus intereses, ya que podrás conocer las características y los contenidos básicos de cada uno de las disciplinas antes de elegir el grado por el que finalmente vas a optar”, informan desde la Universidad.

El grado abierto en Ciencias Sociales y Humanidades sirve de pasarela para las titulaciones de Ciencias Políticas, Sociología, Derecho, Economía, Estadística, Empresa, Humanidades, Periodismo, Comunicación Audiovisual y Documentación. Por su parte, el grado abierto en Ingeniería da acceso a las especialidades en Aeroespacial, Biomédica, Telecomunicación, Industrial e Informática.

Se pueden cursar hasta 120 créditos durante los dos primeros años y las asignaturas se reparten en tres bloques fundamentales. El primero, las obligatorias, que deben cursarse durante el primer curso. El segundo y el tercero, los fundamentos de la rama y las especialidades, con 30 créditos durante los dos primeros cursos, respectivamente.

El PASO AL GRADO DE DESTINO

Después de los dos cursos iniciales, y si se han superado 90 créditos, el alumno puede pasar al grado que se ha elegido, cumpliendo con algunas condiciones. Entre ellas, que se tenga la nota de corte requerida en ese momento en el grado de destino. Una vez matriculado en el grado elegido se reconcen en el expediente las asignaturas que se hayan superado durante el grado abierto y “que sean equivalentes a las del nuevo plan de estudios”.

“El curso en el que entrarás dependerá de cuántas asignaturas equivalentes hayas superado en el Grado abierto”, dice la página de información de los estudios, aunque desde la Universidad se afirma que el curso al que accederán por “norma general” será tercero en la titulación final.

Una de las críticas más frecuentes al sistema universitario español es la escasa especialización real que ofrece. Es decir, carreras con planes de estudios muy genéricos que luego obligan a los alumnos a realizar un máster si realmente quieren profundizar en un ámbito. ¿Pueden potenciar grados como estos ese carácter genérico? Para Gutiérrez, “los grados son generalistas por definición”, pero el nivel de especialización depende, en la mayoría de casos, “de la oferta de asignaturas optativas que oferta el centro”.

“No agrava esta situación. Las especialización la harán a través de las asignaturas que ellos mismos vayan eligiendo a través del itinerario propio. Cada alumno se moverá por el campus libremente en función del calendario que él haya hecho a medida”, explica la vicerrectora.

ATRAER A ESTUDIANTES INTERNACIONALES

La Universidad quiere con proyectos como este potenciar su internacionalización, uno de los aspectos que fallan en el sistema español según analizaron para este diario los expertos y evidencia los ránkings. Según Gutiérrez, se pretende “atraer a medio plazo a estudiantes de otros países”: “La posibilidad de prueba-error que ofrece este grado lo convierten en un grado muy flexible. Es un factor muy atractivo”.

De hecho, para facilitar esa formación “complementaria”, una vez en el grado de destino se pueden seguir cursando asignaturas de otros grados diferentes. Según las normas, se podrán los universitarios podrán cursar hasta 12 créditos adicionales en cada cuatrimestre de cualquiera de los grados impartidos en la facultad. “Si entre las asignaturas que no se reconocieron en el paso al grado de destino y las que cursas como formación co plementaria consigues al menos 36 créditos, al término de los estudios se entrega el diploma de formación complementaria multidisciplinar”, aclaran desde el centro.

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