Cuando Ada se quedó embarazada supo que, sola, no podría mantener a un bebé. De República Dominicana y sin papeles, decidió seguir adelante con la gestación. "El padre del bebé me dijo que no estaba preparado para tener un hijo", rememora con su pequeño, Wilder, en los brazos. A los 5 meses de embarazo le contaron qué era la fundación Red Madre. Allí acudió a pedir ayuda. "Una amiga me dijo que ayudaban a las chicas que tenían poco recursos", cuenta.
La asociación tiene 40 delegaciones en toda España. "Me acogieron como una gran familia porque todo lo que he necesitado me lo han dado. Leche, pañales...", explica. "Ahora me van a ayudar a ver cómo soluciono lo de mis papeles", apunta Ada, que llegó en 2006 a Madrid y que tiene otra hija de 14 años.
"La sociedad te juzga, pero yo creo que nadie puede hacer eso", apunta. "No soy ni la primera ni la última", asegura, en "esta situación". "Aconsejo a las chicas como yo que busquen ayuda, un hijo es lo más valioso que tienes", insiste.
"Muchas nos piden que les acompañemos al parto"
El trabajo que hace la fundación Red Madre pasa por atender, de forma individualizada, a cada una de las mujeres embarazadas que sea acercan a sus delegaciones. En 2015, la fundación atendió a 11.323 mujeres y un 90% de ellas siguió adelante con el embarazo. "En este momento la sociedad no ayuda a la mujer embarazada", asegura la directora general de Red Madre, Amaya Azcona, que ejemplifica:"A veces las mujeres pierden el trabajo, un tercer hijo está mal visto..".
La mayoría de las de madres asistidas son mujeres menores de 30 años (78%), de las que un 32% no ha cumplido los 20. El 51% no tiene apoyo de su familia, el 60% tampoco de su pareja, el 83% carece de empleo y el 58% son de origen extranjero. "Nuestro objetivo es que la mujer que ha llegado aquí con una necesidad salga antes de que el bebé cumpla 18 meses con la necesidad resuelta", apunta Carmen Casquel, trabajadora social.
Esas necesidades pueden ser "meramente materiales, pero también psicológicas", indica. Y Red Madre trata de cubrir las dos. Disponen de almacenes que, a partir de donaciones de particulares y empresas, se llenan de ropa de bebé, carritos y cunas para las mujeres que esperan un hijo. Además, cada dos semanas, una psicóloga acude a la fundación a hacer "terapia individual y grupal con las mamás".
El lema de la fundación, Nunca estarás sola, resume la filosofía de su trabajo. "A una mujer que viene aquí embarazada de 4 semanas y tiene dudas, le apoyamos 24 horas en lo que necesite", apuntan. De hecho, muchas veces se encargan de acompañar a la madre "al ginecólogo e incluso al parto".
La clave, sus voluntarias
María es voluntaria en Red Madre desde 2014. "Soy la abuelita", dice entre risas. Su papel es hacerse cargo de los niños cuando sus madres no pueden. "Muchas de las chicas tienen a sus familias muy lejos, y puedo incluso acompañarlas al médico", explica.
Joana, por su parte, se encarga de gestionar que el almacén que Red Madre tiene en Las Rozas (Madrid) siempre esté completo para poder atender los pedidos de las madres. Ropa de bebé con tallas comprendidas de 0 a 18 meses, calzado, carritos, biberones, potitos, pañales..."Contacto con empresas para conseguir lo que necesitamos, también con particulares que quieran donar material", apunta. Lo que no les sirve, lo derivan a una tienda solidaria.
Mientras Joana cuenta cuál es su trabajo, llega al almacén Silvia, una vecina que ha conocido las necesidades de Red Madre a través de la aplicación Wallapop. "Tengo tres hijos y ya no vamos a tener más, así que he traído muchas de las cosas que nos sobran en casa", explica.
Algunas de estas voluntarias son las que se encuentran al otro lado del teléfono las 24 horas del día. "Muchas de las mujeres que vienen mujer son extranjeras, que llegan con una situación económica desbordada y necesitan una cobertura y una red de apoyo que no tienen", apunta Casquel.
La fundación se financia a través de donativos particulares, personas individuales o alguna empresa. También cuentan con una subvención. "La repartimos entre las diferentes delegaciones y está destinada a la compra de pañales y potitos", explica Azcona. Y concluye: "Una mujer que quiere ser madre tiene derecho a serlo a pesar de sus circunstancias".