Cuando Ester, Teresa, Joaquín y Marga llegaron como voluntarios en agosto al campo de refugiados de Ritsona (Grecia) no imaginaban que las historias que allí encontrarían les acompañarían a su vuelta a España, pero así fue.
Entre los muchos recuerdos que trajeron en la mochila estaba la pequeña Qamar. Esta niña, que ahora tiene 14 meses, vive con su familia en una de las 150 tiendas de campaña junto a otros 600 refugiados del campo; el 80% de ellos son sirios, como ella.
"El campamento se encuentra en una zona boscosa en la que la humedad y el polvo son habituales", explica Ester Ungría, una de las voluntarias, a EL ESPAÑOL. Qamar, que ya ha estado ingresada tres veces en el hospital de Atenas, sufre problemas pulmonares que le impiden desarrollar una vida normal en el campo de refugiados. "Cuando vuelve del hospital está muy bien, pero vuelven a afectarle las condiciones del campo", apunta Ester. Qamar tiene que evitar el polvo, pero también el humo de las hogueras con el que su familia y el resto de los refugiados cocinan y se calientan.
Estos voluntarios decidieron que la única manera de que Qamar no tuviera que volver al hospital era traerla a España, donde cambiarían sus condiciones de vida. Por eso, formaron una asociación, Amigos de Ritsona, y este miércoles han entregado 124.000 firmas a la Delegación del Gobierno en Murcia, de donde son dos de ellos.
La petición, dirigida a los ministerios de Exteriores y Cooperación, Interior y Empleo y Seguridad Social, busca que España ofrezca asilo por razones humanitarias a Qamar, sus padres y sus cinco hermanos, uno de los cuales nació este mismo domingo. "Hemos incluido los informes médicos que demuestran que la niña no puede vivir allí", afirma Ester.
"La situación de esta familia es desesperada"
Los padres de Qamar son Nouras Bashar y Nofa, un matrimonio que salió de Siria hace casi tres años con el objetivo de "descansar" y dar a sus hijos "un futuro mejor". Decidieron dejar Alepo después de que Nofa perdiera a dos bebés en la guerra. Además, Nouras fue retenido "por un grupo islamista" durante varios días.
Durante dos años vivieron en el Kurdistán, donde nació Qamar, pero el trabajo era "escaso" y apenas conservaban ahorros, por lo que decidieron emprender el viaje a Europa.
Como tantos, la familia de Qamar pagó a una mafia para poder llegar a Turquía, donde estuvieron conviviendo durante 15 días en un pabellón con miles de personas. Las condiciones, con frío y sin ninguna higiene, hicieron que la pequeña tuviera que acudir al hospital. Tras varios días ingresada, la familia continuó su viaje hacia Grecia. "El invierno y con él el frío no tardarán en llegar al campamento, así que hay que traer a esta familia a España cuanto antes", explican los voluntarios.
Amigos de Ritsona conserva la esperanza y cree que la petición de asilo será aprobada. Por peticiones similares, familias como la de Osman -el niño afgano con parálisis celebral- o la de Mudafar y Ahmed -dos hermanos iraquíes con una grave enfermedad hepática- han podido recibir tratamiento y acogida en España.