El autobús contra los niños transexuales no ha seguido circulando por las calles de Madrid como tenía previsto. El colectivo ultracatólico de HazteOir pretendía exhibir su mensaje transfobo Los niños tienen pene y las niñas vulva este miércoles delante del Ayuntamiento de Manuela Carmena al mediodía, pero la Policía Municipal de Madrid ha impedido que el vehículo salga de su garaje. Minutos antes de la convocatoria el fiscal pidió que prohibiera circular porque incita al odio, en una decisión que el impulsor de esta campaña considera propia “de una dictadura y no de una democracia”. ¿El rótulo del autobús entra en los límites de la libertad de expresión o constituye un delito de odio?
El autobús naranja de HazteOir comenzó a circular por las calles de la capital durante la mañana del lunes, pero no fue hasta última hora de la tarde -al saltar el caso a los titulares de los medios- cuando los partidos políticos comenzaron a pronunciarse. Todos en contra del vehículo. Una unanimidad inusual en esta era de fragmentación política. Todas las formaciones se apresuraban a marcar sus posiciones: el autobús no puede continuar su tour por las capitales españoles porque incita al odio contra los menores transexuales.
La citada unanimidad en la opinión sobre el autobús de HazteOir es casi total entre los principales partidos políticos. En las últimas horas dirigentes del PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, así como de otras formaciones autonómicas, se han manifestado en contra de la campaña de la asociación católica. Eso sí, en el PP existen diferentes sensibilidades al respecto de este asunto. Porque la presidenta del PP de la Comunitat Valenciana (PPCV), Isabel Bonig, reclamaba este miércoles "libertad" para que el autobús de la discordia pueda circular por España, así como "respeto a todas las posiciones".
"Que viaje libremente"
Bonig recordaba que la Constitución Española reconoce la libertad religiosa, de expresión y de pensamiento, y, por ello, indicaba que "igual que hay asociaciones que salen en determinadas fechas a la calle reivindicando", algo que le parece "muy bien", es necesario también "respetar que hay otras personas que tiene unas ideas o principios distintos". Por ello, ella es partidaria de que el autobús "viaje libremente" y exprese su punto de vista "con respeto, sin que se meta con nadie ni insulte a nadie”.
Estas palabras de Bonig chocan con la posición de frontal oposición al autobús que ha mostrado el partido gobernante. El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, tildaba de "disparate" la campaña y señalaba que no se puede hacer confrontación social con la sexualidad, y mucho menos la de los niños. Para la presidenta de la Comunidad de Madrid, la iniciativa es "impresentable" y una "provocación absoluta". De hecho, Cristina Cifuentes ha pedido a la Abogacía General del Estado que estudie si la campaña ha infringido alguna ley autonómica y, una vez se pronuncie, evaluará abrir un "expediente sancionador" de carácter administrativo.
Iglesias: "Estos hijos del PP"
Este mismo miércoles el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, celebraba que el Ayuntamiento haya actuado "democráticamente" contra "uno de los brazos radicales del PP", en alusión a HazteOir, que, según recordaba, fue creada en 2001 "por un sobrino de Rodrigo Rato para apoyar a Rajoy". "Tienen pene y vagina pero no cerebro ni tampoco corazón", agregaba Iglesias para aplaudir después que España sea ya un país "nuevo y enormemente tolerante" que "no tolera la transfobia de estos hijos del PP".
La portavoz de Igualdad del PSOE, Ángeles Álvarez, ha pedido la intervención de la Fiscalía en el asunto en aplicación del artículo 510 del Código Penal que hace referencia a aquellos que provocan la discriminación, el odio o la violencia contra grupos o asociaciones por distintas circunstancias, entre las que está incluida la identidad sexual. A su juicio, la iniciativa de Hazteoir es "una campaña de odio, basada en la intolerancia" y "una provocación a la discriminación".
Tampoco tienen dudas al respecto en Ciudadanos. El secretario de Comunicación del partido naranja, Fernando de Páramo, ha recalcado este miércoles el "rechazo absoluto a estos mensajes". "Hay algunos que no se enteran que estamos en el siglo XXI y que en el siglo XXI la igualdad y el respeto a todos tiene que estar por encima de todo", agregaba. Tras insistir en que "nosotros condenamos absolutamente estos mensajes que ofenden la dignidad de muchísimas personas", De Páramo señalaba que "estas corrientes ultraconservadoras como la del autobús no se enteran de que vivimos en el siglo XXI".
“Una medida propia de una dictadura”
En contra de todas estas posiciones políticas se encuentra -como no puede ser de otro modo- el máximo responsable de la campaña y presidente de Hazteoir, Ignacio Arsuaga, quien considera la retención del autobús “una medida propia de una dictadura y no de una democracia”. Se refería a la sanción impuesta por la Policía Municipal, que entiende que el autocar incumple la ordenanza municipal sobre publicidad exterior. Una normativa que prohíbe los anuncios en cualquier tipo de vehículo o remolque, en circulación o estacionado, excepto la que se realice en los vehículos destinados a transporte público.
Las ordenanzas, según Arsuaga, han sido estudiadas por la plataforma ciudadana y, en su opinión, no incluyen “ninguna disposición por la que un autobús de una asociación civil sin ánimo de lucro que transmite unas ideas determinadas” no pueda circular. Además, alude a que en ningún momento se ha presentado ningún escrito sobre la aplicación de la inmovilización y que conocen que el Ayuntamiento de Carmena tiene unas “ideas concretas” sobre la ideología de género. “Los agentes están siendo utilizados por el Gobierno municipal como una policía de pensamiento para conculcar sus derechos”.
Paralelamente a la decisión de los agentes municipales, el fiscal superior de la Comunidad de Madrid, Jesús Caballero, ha ordenado que se abra una investigación al autobús, ya que entiende que se está pudiendo cometer un delito de odio y por eso ha encargado a la Sección especializada en este tipo de delitos que abra unas diligencias de investigación.
"Los delitos de odio están basados en la historia”
La teoría que esto podría constituir un delito de odio no la comparte el filósofo y librero Santiago Gerchunoff. Este elige libertad de expresión, porque le parece "mucho más peligroso y ambiguo estirar el concepto de delito de odio que el de libertad de expresión". Subraya que el mensaje es "repugnante" y que es "normal que el sentido común democrático lo rechace", pero aclara que, en este caso concreto, "es pronto para juzgarlo como delito de odio".
Se explica: "Los delitos de odio están basados en la historia y hay un saber social implícito que los señala. Por ejemplo, como ocurre con el tema de los símbolos nazis o aquellos abiertamente racistas. Esos casos tienen una historia de luchas civiles detrás, años denunciando este tipo de cosas, y son ideas claramente asentadas en la población, distinguibles como odio reconocido. La transfobia, sin embargo, es un odio muy nuevo", apunta.
Gerchunoff no descarta "que a nuestros nietos esto les parezca inopinablemente delito de odio, pero en nuestra sociedad aún no está tan claro": "Y no porque no haya gente dispuesta a ir en contra de ese mensaje, sino porque el mensaje no ha entrado hasta ahora con tanta claridad en la esfera pública y aún cuesta clasificarlo. Hace falta tiempo para que la moral social avance, porque, aunque exista un rechazo frontal al autobús, tampoco hay tanta gente acostumbrada a las nuevas maneras de entender los géneros", repone. Apunta también a la poca representatividad del colectivo transfóbico: "Para la mayor parte de la sociedad, este es un mensaje repugnante. No hay mucha gente que piense así, de forma tan agresiva: son una hiperminoría que hace ruido. La transfobia no es como los toros, que sí es un tema que divide a la sociedad".
La libertad de expresión, dice, es lo que permite "que la gente destroce el autobús en Twitter, en Facebook y en artículos de periódicos, y que sigan convenciendo al público de que decir eso es una aberración". Prohibirlo le parece absurdo: "Prohibirlo es fomentar un lugar de rebeldía ante el sistema, que es lo que ese tipo de mensajes están buscando. Prohibirlo sería ideal para los que lo han hecho", zanja.
"Vulnera gravemente su dignidad"
Sin embargo, quien no tiene duda de que el mensaje incita al odio es Rubén López, portavoz de delitos de Odio de la asociación LGTB Arcópoli. “El fomento de la discriminación aunque sea de una forma indirecta, negando la existencia de una persona en función de su identidad de género, vulnera gravemente su dignidad, y por eso lo consideramos odio”, explica López a EL ESPAÑOL.
Así, de la asociación de la que López es responsable ha presentado una denuncia contra HazteOir al considerar que vulneran el artículo 70.3 de la ley contra la homofobia aprobada por la Comunidad de Madrid. Este punto recoge que “realizar actos que impliquen aislamiento, rechazo o menosprecio público y notorio de personas por causa de su orientación sexual e identidad o expresión de género”. Estas infracciones son consideradas en la Ley Cifuentes como graves y conllevan una multa de entre 3.001 hasta 20.000 euros.
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