En España el 19% de las mujeres ha sufrido abuso o acoso en internet. Extralimitaciones que debido al auge de las nuevas tecnologías son cada vez más frecuentes tanto en redes sociales como en otro tipo de aplicaciones.
La mayoría de mujeres que han experimentado este ciberacoso han sentido su integridad física amenazada, según explica el último informe de Amnistía Internacional titulado Cuando usas las redes y te amenazan con violarte. El estudio analiza la situación de la mujer en internet en diversos países -como Estados Unidos, Dinamarca o Italia- y descifra un panorama desolador: el acoso es frecuente, reiterativo y peligroso en internet y las mujeres son sus mayores víctimas.
Los abusos en línea prácticamente siempre vienen acompañados de un componente sexual, pero en más de la mitad de los casos (64%) conlleva otros ataques racistas, homófobos o transfóbicos. Asimismo en el 26% de los casos acarrea que el atacante divulgue en internet datos personales de la víctimas que permitan identificarla, una práctica llamada doxxing que cada vez es más popular en todo el mundo.
En España cada vez son más las usuarias de redes sociales que denuncian públicamente el acoso que sufren por desconocidos. En los últimos meses han salido a la luz decenas de casos de mujeres que a través de aplicaciones de compra-venta han sido importunadas por usuarios con comentarios sexuales:
Una de las cosas más preocupantes en este tipo de acoso es que en muchas ocasiones permite averiguar cuál es la ubicación de la víctima a tiempo real, facilitando así al acosador que se ponga en contacto con ella.
Las consecuencias del acoso
Según los expertos que han realizado el informe, el acoso por internet es especialmente grave entre quienes se encuentran en situación de marginalidad ya que usan las redes sociales como "un espacio fundamental para el ejercicio individual del derecho a la libertad de expresión".
A raíz de los abusos muchas mujeres (el 54%) cambian el modo en que usan estas plataformas por lo que se ven afectadas a largo plazo por su acosador. Además, más de la mitad de las afectadas sufre pérdida de autoestima o de confianza debido a cómo los acosadores las han insultado y humillado. Los problemas para dormir y para concentrarse durante periodos largos son, asimismo, consecuencias más que frecuentes entre las afectadas.
"La discriminación y la violencia contra las mujeres ha migrado al mundo digital y muchas no participan en conversaciones públicas o se autocensuran por temor a perder su privacidad o su seguridad", explica Azmina Dhrodia, investigadora de Tecnología y Derechos Humanos en Amnistía Internacional.
La organización reclama que tanto las empresas de redes sociales como los gobiernos tomen medidas para acabar con este tipo de abusos, una postura que comparten la mayoría de las encuestadas. Aunque en internet debe primar el derecho a la libertad de expresión, dicha libertad no puede proteger "expresiones que puedan ser ofensivas, profundamente perturbadoras y sexistas" y ni mucho menos que incluyan la "apología del odio o de la violencia".