En enero de este año un error judicial dejó en libertad a El Paletas para el que la Fiscalía solicitaba 23 años y medio de prisión por los presuntos delitos de asesinato, tenencia ilícita de armas y daños. Nada más salir de prisión y a la espera de ser juzgado: José, alias El Paletas, se disculpó públicamente por matar de un disparo al rumano Valerica Giurgiuveanu, casado y padre de dos hijos. Pero el arrepentimiento le ha durado bien poco: dos meses después ha sido detenido por la Guardia Civil por desorden público, desobediencia a agentes de la autoridad y daños en el transcurso de una fiesta en Alguazas en la que participaba junto a treinta personas en pleno estado de alarma por el coronavirus.
La celebración se saltó a la torera el confinamiento decretado por las autoridades sanitarias para evitar nuevos contagios entre la población y no tardó en generar alarma entre los vecinos del Barrio del Carmen, en Alguazas. Los residentes llamaron cinco veces a la Policía Local, entre las 22.30 horas del viernes y la una de la madrugada del sábado, para denunciar que en un piso de la calle San Fulgencio había una fiesta clandestina: la música estaba a todo trapo y algunos de los asistentes salían al balcón a proferir gritos y lanzar objetos a la vía pública, incluso contra los coches estacionados.
Entre los invitados al botellón había dos tipos cuyo currículum delictivo es de los que hace tragar saliva. Uno era El Paletas y el otro su amigo de aventuras: El Buli. En pleno estado de alarma, esa noche solo había un policía local de servicio en Alguazas para atender a casi 10.000 habitantes, debido a que los otros dos agentes del turno estaban de baja. De forma que para atajar la fiesta siete patrullas de Policía Local y Guardia Civil de Las Torres de Cotillas, Ceuti y Lorquí se tuvieron que desplazar al Barrio del Carmen de este municipio murciano de la Comarca de la Vega Media.
“Desde la ventana de un tercer piso tiraron por la ventana garrafas y una puerta”, detalla a EL ESPAÑOL uno de los agentes que intervino la madrugada del sábado. Y no exagera porque en las diligencias a las que ha accedido este periódico se hace constar la “forma extremadamente agresiva” con la que fueron recibidos los agentes. Prueba de ello es que tras lanzar objetos y dedicar todo tipo de insultos a la Policía Local y a la Guardia Civil un grupo de asistentes a la fiesta -liderados presuntamente por El Paletas y El Buli- bajaron a la calle con botellas en la mano para plantar cara al despliegue policial.
"Os voy a matar"
“Una persona conocida por la fuerza actuante, como El Buli, se arranca la camiseta y encarándose a los agentes comienza a decir: ‘¡Sois unos mierdas! Nosotros también llevamos pistolas, si no os vais de aquí vais a tener problemas’”. La tensión fue a más cuando El Paletas, pese a estar pendiente de un juicio por asesinato, no dudó en proferir presuntas amenazas de muerte al retén policial: “Os voy a matar, no sabéis quién soy yo, os juro por mis hijas que os tengo que matar y me tengo que comer vuestro corazón”.
La situación era tan tensa que el mencionado agente la resume de forma gráfica: “Iban locos perdidos, a El Paletas lo tuvieron que agarrar varios amigos porque empezó a abollar un coche a puñetazos y patadas y El Buli se arrancó la camiseta como si fuera el increíble Hulk”. Los policías locales y guardias civiles desplegados no cargaron contra los asistentes a la fiesta ante la posibilidad de que en plena pandemia la situación derivase en un tumulto que pondría en riesgo la salud pública y la seguridad ciudadana incumpliendo el estado de alarma. “No sabíamos si llevaban armas de fuego”.
Ante el posible peligro, optaron por negociar con ellos con la ayuda de un familiar para convencerles de que debían finiquitar la juerga. José, El Paletas, y su amigo Ismael, alias El Buli, fueron identificados por los policías para ser citados posteriormente a dependencias de la Guardia Civil para declarar por supuestos delitos de desorden público y desobediencia grave a agentes de la autoridad. Otro de los efectivos que actuó aquella noche confirma que El Buli esta semana no acudió al cuartel de Molina de Segura y se encuentra en paradero desconocido: “Está huido porque tiene pendiente otra causa por el robo de vehículos en un concesionario y con lo ocurrido en esa fiesta iba a ingresar en prisión”.
El presunto asesino acudió este martes a declarar al puesto de la Benemérita y un juzgado de Molina de Segura lo dejó en libertad con cargos y sin aplicar medidas cautelares. Tal situación indignó a varios policías locales y guardia civiles que actuaron ese sábado arriesgando su salud al exponerse a ser contagiados por coronavirus por haber entrado en contacto físico con personas que se saltaron la cuarentena en un botellón. “Esperábamos que por estos hechos acabaría en prisión: causa malestar que después de habernos chuleado saliera a la calle”, reflexiona un agente.
Error judicial
“Esto es de risa: en cuanto ha salido de prisión se ha vuelto a comportar como siempre”, añade otro agente. El Paletas había recuperado la libertad por un error judicial después de ingresar en la cárcel en enero de 2018, de manera preventiva, por matar supuestamente de un disparo en la cabeza al rumano Valerica Giurgiuveanu tras haber discutido con su hijo. La discusión que acabó teñida de sangre en Alguzas se produjo en la madrugada de Año Nuevo y José ‘El Paletas’ volvió a estar en la calle por un error en la Judicatura que puso de manifiesto la descoordinación de varias instancias.
Al juzgado de Molina, a la Audiencia Provincial de Murcia, a la Fiscalía y a la acusación particular que ejerce la familia del rumano fallecido se les pasó el plazo para haber decidido la prórroga de la medida de prisión provisional por otros dos años más para el acusado. El abogado defensor, Jorge Novella, se percató de ese lapsus logrando la libertad de su cliente acogiéndose a la figura jurídica del habeas corpus: un procedimiento que tiene como fin remediar rápidamente la detención ilegal de un ciudadano.
Este lunes 23 de marzo estaba prevista la primera vista oral del juicio donde El Paletas se iba a enfrentar a un jurado popular y a la petición de la Fiscalía de 23 años y medio de prisión por el asesinato de Valerica. Sin embargo, la suerte volvió a jugar a su favor y el estado de alarma fijado por el Gobierno obligó a suspender el inicio del proceso. El motivo era obvio: movilizar al jurado, testigos, peritos y forenses en las sesiones previstas hasta el 3 de abril suponía incumplir el confinamiento domiciliario establecido por las autoridades sanitarias.
La suspension de la vista oral se convirtió en una prórroga de la libertad de El Paletas, pero en vez de aprovechar el tiempo para pasarlo con su familia y cumplir el confinamiento domiciliario del estado de alarma, se fue de juerga acrecentando su historial delictivo. A pesar de todo, el martes le dejaron en libertad sin nuevas medidas cautelares tras participar en la citada celebración y tal fue el malestar entre las Fuerzas de Seguridad, que se produjo un hecho insólito: horas después la Audiencia Provincial de Murcia convocó por fax a todas las partes a una nueva comparecencia el miércoles.
Si sale de casa: a la cárcel
Una vez más,su abogado defensor Jorge Novella obró el milagro. Todo apuntaba a que su cliente volvería a pasar una temporada a la sombra hasta la celebración del juicio por la muerte del ciudadano rumano, sin embargo, el letrado logró que El Paletas regresara a su casa. Novella argumentó que la fiesta clandestina de Alguazas no quebrantó la orden de alejamiento que tiene impuesta con la familia de Valerica. También expuso que las amenazas que realizó a los policías locales y guardias civiles no tenían nada que ver con el asesinato por el que será juzgado el 30 de junio.
Tales argumentos lograron que la Audiencia Provincial emitiese un auto este miércoles imponiendo a José ‘El Paletas’ la expresa prohibición de abandonar el domicilio de sus padres en Las Torres de Cotillas. En caso de saltarse el confinamiento domiciliario y ser sorprendido por las Fuerzas de Seguridad irá directo a la cárcel: "De incumplirlo, se procederá su ingreso en prisión, si así se solicita", expone la Sala. Además, este joven, de 29 años, tendrá que acudir a diario a los juzgados de Murcia.
El auto también prevé que si el estado de alarma se levanta antes de que se celebre el juicio por asesinato, previsto el 30 de junio, el presunto asesino seguirá teniendo prohibido acudir al municipio vecino de Alguazas y tendrá que seguir confinado dentro del termino municipal de Las Torres de Cotillas.