El coronavirus Sars CoV-2 sigue dejando fallecidos en España. Una de ellos es la farmacéutica Amparo Gadea, quien ha perdido la vida este domingo a causa del Covid-19 en el Hospital La Mancha Centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Su marido, farmacéutico comunitario, se encuentra actualmente en este centro hospitalario intubado por padecer la misma enfermedad. Amparo es la primera boticaria que ha muerto en este país por el virus. Por ello, su nombre se añade a la larga lista de defunciones por esta causa que asciende hasta las 8.189 víctimas mortales -según las cifras conocidas este martes-.
Esta pareja de farmacéuticos, sin embargo, se ha dedicado desde hace muchos años al mundo de la botica. Concretamente, han regentado una farmacia en el número 19 de la Calle Pío III, situada también en el municipio Alcázar de San Juan, desde octubre de 1992. De hecho, según ha podido saber EL ESPAÑOL la "calidad humana" de Amparo se traducía en que la semana pasada estuvo llamando al Colegio de Farmacéuticos de Ciudad Real "preocupada por la seguridad de sus trabajadores. No tanto para sí misma, sino por sus empleados".
La falta de medios protección para este sector, no obstante, no ha impedido que tanto Amparo como su marido hayan contraído el nuevo coronavirus. Una desprotección que el Colegio Farmacéuticos de Ciudad Real ha vuelto a denunciar a raíz de la muerte de la Amparo, descrita por una fuente que la conoció como una persona "campechana y sencilla".
Pero, a nivel laboral, el Colegio de Farmacéuticos no duda calificarla como una "grandísima profesional que siempre se estaba reciclando en los cursos de formación". "Era una mujer muy querida en el entorno del Colegio. De hecho, acudía a todas las formaciones que se hacían y, también, desarrollaba su labor asistencial", explica la entidad a este periódico.
Una profesional premiada
La farmacéutica Amparo, de hecho, ha dedicado su vida a esta profesión con "amabilidad y profesionalidad". Un hecho que produjo que su hija siguiese sus pasos, ya que también trabaja en una farmacia de San Sebastián (País Vasco). Pero el reconocimiento profesional a Amparo no sólo se limita a las palabras que le han dedicado sus colegas de profesión, sino que el 8 de diciembre de 2013 se cristalizó en que ganó uno de los Premios de Atención Farmacéutica y del Plan Estratégico, concedidos por el citado Colegio de Farmacéuticos, según publicaron algunos medios locales en ese año.
Concretamente, Amparo Gadea fue galardonada con una de las efes -nombre coloquial del premio- por seguir con constancia el Plan Estratégico de Atención Farmacéutica. Dos años después, en diciembre de 2015, el nombre de la farmacéutica fallecida volvió a aparecer en la lista de los premiados.
En aquella ocasión, Amparo obtuvo una Distinción a los profesionales que han participado en el programa AFPRES, concedida por el gremio farmacéutico de Ciudad Real a aquellos boticarios que contribuyeron a la "Efectividad de un programa de atención farmacéutica comunitaria en pacientes con hipertensión arterial", según explica el Colegio de Farmacéuticos de Ciudad Real en su web.
El sector farmacéutico pide ayuda
Pese a todo, el sector farmacéutico demanda más protección para los trabajadores. "Nos encontramos en una situación de absoluta emergencia sanitaria que requiere de medidas excepcionales, y los farmacéuticos también estamos en primera línea de asistencia sanitaria, garantizando una prestación fundamental para la continuidad asistencial. Necesitamos que la Administración comprenda la evidente carencia de medios de protección que ha procurado a los farmacéuticos de la región. Necesitamos más y mejores medidas de protección", explicaba en un comunicado Francisco Izquierdo, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Ciudad Real.
De hecho, Izquierdo puntualiza a este medio que "el sector farmacéutico está y quiere estar en el proceso asistencial del paciente los 365 días del año. Y ahora más, porque estamos en la situación de salud más grave que hemos vivido nunca". Aun así, ha explicado que sus demandas han tenido alguna respuesta por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha, liderado por Emiliano García-Page.
Izquierdo ha revelado que desde la semana pasada la Junta de Castilla-La Mancha ya contempla varios aspectos para desarrollar durante la crisis. Uno de ellos es la protección de los boticarios de las 1.256 farmacias de esta comunidad autónoma. Pero, por el momento, esta región sólo le ha dado "una mascarilla a cada trabajador".
Y es que la lucha de los 71.000 farmacéuticos que hay en España, "que son otro eslabón del sistema sanitario", se ha librado de momento con pocos o nulos medios de protección. De hecho, Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad decía en una rueda de prensa celebrada el pasado 23 de marzo que el riesgo que sufrían estos profesionales de contraer el Covid-19 no era superior al de la cajeras de supermercado.
Protección para todos
Esas declaraciones encendieron a los profesionales del sector que demandan mayor protección para todos los trabajadores que día a día están al pie del cañón en las farmacias. Pese a eso, los farmacéuticos son conscientes de la "carencia de material", pero reivindican más protección no sólo para ellos, sino para "todos los profesionales sanitarios", según destacó el Consejo General de Colegios Farmacéuticos en un comunicado.
En todo caso, con Amparo ya son seis los sanitarios que han muerto como consecuencia del Covid 19. La primera fue una enfermera de 52 años en el País Vasco; la segunda, una médico de 59 años en Salamanca; el tercero, un médico de 63 años en Córdoba; el cuarto, un sanitario de 65 años en Albacete y; la quinta, una doctora de 28 años en Ciudad Real.