Raúl López de Toro Martín-Consuegra, desde la Parroquia Santiago el Mayor, en Membrilla (Ciudad Real), ha pedido a las autoridades que no mientan, que digan la verdad sobre los miles de ciudadanos que, en cada pueblo de España, están muriendo por coronavirus. Y lo ha hecho desde el púlpito, sentando cátedra, acusando al Gobierno de acertar con los fallecidos realmente en Tomelloso, el llamado Wuhan de La Mancha.
Raúl, nombrado por seis años párroco de Membrilla y cura de la Parroquia Nuestra Señora de Consolación (Villanueva de Franco, Ciudad Real), inicia su discurso avisando de que no entiende de colores políticos. “A veces voto, a veces no, a veces en blanco…”. Para, después, ‘atizar’ al Gobierno de esconder muchos muertos por coronavirus. “Os voy a poner un ejemplo… para que veáis la manipulación de la verdad y la mentira”.
“Ayer –prosigue en su explicación– nos dijeron por televisión que había 107 muertos en Tomelloso”. Pues bien, según Raúl de Toro, esa cifra no es real. “Curas amigos míos, que están haciendo los entierros de esa pobre gente que está muriendo, llevan ya, en varias semanas, dicho por ellos –y no tienen por qué mentir– más de 180 muertos, casi 200”, explica. “¡Y nos han dicho que 100!”, cuenta, indignado.
Y, después, critica al Gobierno y a los políticos de no decir la verdad. “¿Vosotros os creéis que eso puede ser? ¿Por qué nos mienten? ¿Por qué nos ocultan los datos? Perder la confianza en quienes nos gobiernan es lo peor”, lamenta. Y, por último, les hace una petición. “Señores gobernantes, no nos mintáis… Aunque sea, decidnos la verdad, aunque sea dura, porque si no, no seremos libres, sino esclavos”, termina su discurso, que se ha hecho viral por las redes sociales.
Contestan en Tomelloso
Su discurso tuvo réplica por parte de los sacerdotes de Tomelloso en un comunicado difundido por el Ayuntamiento de la localidad en su cuenta de Facebook. “Ni las cifras de fallecidos que él da (entre 180 y 200 fallecidos) son las que los sacerdotes de Tomelloso hemos conocido en las últimas semanas ni menos aún podemos atribuir todos los fallecimientos acaecidos en el último mes a la epidemia del coronavirus”, escribe.
Lo cierto es que, según datos de Inverence –y como publica EL ESPAÑOL este miércoles– los fallecidos oficiales serían un 56% más que los reconocidos por el propio gobierno. Rozarían, actualmente, los 27.000 –por los 18.597 fallecidos oficiales– y podrían llegar a ser 37.000 al final de esta crisis sanitaria.