Imagen de archivo de una persona con un posit pegado en la espalda.

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Sociedad Día de los Santos Inocentes

Del monigote blanco en la espalda a la llamada falsa: estas son las mejores bromas para el día de los Santos Inocentes

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El Día de los Santos Inocentes ha llegado, y con él, una tradición que mezcla el humor, las bromas y, en algunos casos, un toque de picardía. Cada 28 de diciembre, las calles y hogares se llenan de risas y sorpresas, ya que es un día dedicado a hacerle travesuras a amigos, familiares y compañeros de trabajo.

Esta festividad, de origen cristiano, conmemora la matanza de los niños menores de dos años en Belén, ordenada por el rey Herodes, quien, al enterarse del nacimiento de Jesús, temía que este niño pudiera arrebatarle el trono y convertirse en el "Rey de los Judíos" prometido. Herodes, en un intento de eliminar al recién nacido, mandó asesinar a todos los niños varones de esa edad en la región, un acto cruel y brutal conocido como la "Matanza de los Santos Inocentes".

Sin embargo, lo cierto es que este día de inocentadas tiene raíces más antiguas y paganas. Resulta difícil asociar una tragedia tan cruel, en la que murieron miles de niños, con una jornada de diversión y chistes.

Precisamente, el origen de la festividad podría estar relacionado con prácticas propias de la antigua Roma y otras culturas del mundo mediterráneo, donde existían festividades de carácter lúdico y transgresor que coincidían con el final del año o el inicio del solsticio de invierno, momentos de gran simbolismo.

Estas festividades tenían un tono de caos controlado, con reglas que se suspendían temporalmente y con una inversión de los roles jerárquicos. Las personas de menor estatus social podían burlarse de sus superiores, se hacían bromas y se permitían comportamientos inusuales sin que las normas habituales les afectaran. A menudo, estas celebraciones buscaban aliviar las tensiones sociales y ofrecer una válvula de escape en tiempos difíciles.

Uno de los ejemplos más notorios de estas festividades paganas es la Saturnalia, un festival romano que se celebraba en honor al dios Saturno a finales de diciembre. Durante esta fiesta, las normas sociales se alteraban: los esclavos podían intercambiar roles con sus amos, y la gente se entregaba a la bebida, el juego y la diversión.

Las Saturnalias eran una fiesta de desorden y anarquía temporal, en la que se podían hacer bromas, intercambiar regalos y disfrutar de un ambiente relajado, al menos por unos días. En este contexto, el comportamiento "irreverente" y la inversión de roles representaban un respiro de las duras estructuras sociales de la época.

Además de las Saturnalias, en la Antigua Grecia existían celebraciones similares, como el Día de los Locos, que se asociaban con la figura de Dionisio, el dios del vino, el desenfreno y el caos. Este tipo de festividades también incluían elementos de desorden y subversión, en los que se permitía a los participantes realizar actos humorísticos, incluso irreverentes, como una forma de liberación frente a las restricciones de la vida diaria.

Sin embargo, cuando el cristianismo se expandió, estas antiguas festividades paganas no desaparecieron, sino que fueron adaptadas al nuevo contexto religioso, a menudo sin perder su carácter de ruptura temporal con el orden establecido.

Así, las celebraciones del solsticio de invierno, que ya estaban cargadas de simbolismo sobre el cambio y el renacimiento, se fusionaron con la fecha de la Fiesta de los Santos Inocentes, establecida en el calendario cristiano en honor a los niños martirizados por Herodes.

Ya sea recuperando su sentido más pagano, o reivindicando su significado religioso, el 28 de diciembre es un día para reír. Por algo el día de las bromas e inocentadas desternillantes es celebrado en todo el mundo, a pesar de que en la mayoría de los países tenga lugar en abril (April's Fools, Poisson d’Avril, Dia das Mentiras, Sizdah Bedar, etc.). Desde EL ESPAÑOL, recopilamos las 5 bromas más divertidas para celebrar este día mágico. 

1. Colocar el monigote en la espalda

A todo el mundo le han pegado un papel o un monigote en la espalda. Esta es probablemente la inocentada por antonomasia. En este día señalado, la tradición debe anteponerse y la mejor forma de rendir homenaje es colocando un muñeco o figura blanca en la espalda de algún despistado. El blanco de las bromas se paseará todo el día (o hasta que alguien se lo diga) con el monigote pegado a la espalda sin darse cuenta. 

2. Cambiar el azúcar por sal

Esta broma puede chafarle el día a cualquiera, sobre todo a los golosos acostumbrados a tomarse el café con azúcar. Antes de que nadie se despierte o llegue a la oficina, vacía el recipiente de azúcar y llénalo hasta arriba de sal. Los más avispados se percatarán inmediatamente (incluso antes de probarlo) de la fechoría. Pero seguro que alguien cae. 

3. Pegar una moneda o billete al suelo

Unos días después de repartir los premios de la Lotería de Navidad, es posible que la suerte sonría a la inmensa mayoría de gente que no obtuvo ni el reintegro. Encontrarse una moneda o un billete en el suelo puede resarcirnos de la vergüenza de haber caído una vez más en la trampa de las loterías. Una oportunidad de oro, pero solo para aquellos que logren despegarla del suelo. 

4. Adelantar o atrasar la hora de los relojes

Esta broma es estupenda si la víctima es una persona que presume de puntualidad, o a la que le da rabia llegar tarde. En un momento en el que esté ausente, adelanta o atrasa las manecillas del reloj de pared y/o de todos los relojes que sabes que consultará la víctima. 

5. Broma telefónica

Esta inocentada puede no ser muy efectiva hoy en día. Se están acabando esos días de contestar a las llamadas telefónicas, sobre todo a aquellas con número desconocido u oculto. Pero eso no significa que no se pueda intentar. Siempre habrá algún incauto que responda al teléfono.