El alimento japonés milenario que ha revolucionado la gastronomía

El surimi es un alimento japonés que nace en el siglo III como método de conservación de pescado y es una parte importante de la cultura gastronómica del país. Tal es su popularidad en la gastronomía japonesa que los ciudadanos lo suelen consumir, por lo menos, dos veces por semana. De hecho, gracias a la notoriedad que tiene el surimi en el país nipón, podemos encontrarlo tanto en formato snack listo para comer o como base de otras elaboraciones como son el kamaboko (surimi horneado al vapor con sal), naruto (conocido por su presencia habitual en el ramen) y kanikama (más conocido en España como barritas de surimi, erróneamente denominadas como ‘’palitos de cangrejo’’).

En los últimos años, el prestigio del surimi ha trascendido fronteras hasta el punto de convertirse en un alimento con gran influencia también en nuestro país, donde destacan especialmente las barritas de surimi Krissia®, marca de Angulas Aguinaga (mayor fabricante de España de productos elaborados con surimi de máxima calidad). El surimi que utiliza Krissia® para hacer sus barritas está elaborado a partir de lomos de abadejo de Alaska, un pescado blanco de la familia del bacalao que forma parte de las especies mejor valoradas por los japoneses para elaborar surimi de la más alta calidad. 

Aunque las barritas de surimi sean un producto muy consumido en nuestro país, son muy pocos los que saben cuál es verdaderamente el origen del alimento japonés que es el ingrediente principal de los productos de Krissia®. 

Origen del surimi, de la leyenda a la mesa

Los primeros escritos sobre este alimento ancestral datan del año 1.115 d.C. En ellos se recoge cómo la sociedad japonesa incluía productos elaborados a base de surimi en sus menús y ofrendas. Y como no es de extrañar, un alimento milenario como es el surimi, tiene detrás una leyenda épica. Se cree que fue descubierto por la emperatriz japonesa Jingu, quien lideraba un ejército de soldados y, viendo que se alejaba de la costa, tuvo la necesidad de conservar el pescado durante más tiempo para asegurar la buena alimentación y las fuerzas de sus soldados. 

Para conseguirlo, la emperatriz decidió extraer los lomos del pescado, picarlos y lavarlos repetidas veces con agua dulce hasta quedarse solo con la proteína: el surimi. De esta manera, gracias a esta técnica de conservación, la emperatriz pudo disponer de proteína de pescado durante mayor tiempo y garantizar que sus soldados tuvieran fuerza para las siguientes batallas. Esta leyenda la podemos encontrar grabada en el santuario sintoísta de Ikuta en Kobe (Japón), en el que un monumento recuerda a Jingu y sus soldados, siendo un punto de referencia del surimi.

Desde entonces, el surimi y sus diversos derivados forman parte del alma y sabiduría del pueblo japonés, convirtiéndose en uno de los alimentos bases de su gastronomía.

Surimi, fuente de proteínas 

El surimi y los diferentes productos elaborados con surimi que podemos encontrar en el mercado, como son las barritas de surimi Krissia®, son muy interesantes a nivel nutricional, ya que son fuente de proteínas de calidad, que contienen todos los aminoácidos esenciales (aquellos que nuestro cuerpo no puede sintetizar y debemos ingerirlos a través de la dieta). De hecho, el surimi obtiene puntuaciones por encima de 100 para los 9 aminoácidos esenciales, considerándose por tanto una proteína de excelente calidad según el Amino acid scoring pattern definido por la FAO (La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). 

Así, los productos elaborados con surimi, como son las barritas, no solo son una opción idónea para crear recetas fáciles y rápidas, sino que también cuentan con un gran aporte natural de proteínas de pescado de calidad, vitamina B12 y ácidos grasos poliinsaturados omega-3, convirtiéndose en un alimento fácil de consumir, rico y muy versátil. 

Además, las barritas Krissia® son un buen complemento para la alimentación de ciertos grupos de poblaciones, como por ejemplo las embarazadas, que deben evitar el consumo de pescado crudo, pero el consumo de barritas de surimi es seguro debido a que están pasteurizadas. Y como estamos hablando de alimentos de fácil deglución, estas barritas también son una alternativa idónea para personas de edad más avanzada o con dificultades a la hora de masticar. También son un alimento apto para personas intolerantes o alérgicas al gluten, a la lactosa o a la proteína de la leche. 

En definitiva, las barritas de surimi son un alimento muy versátil con el que acompañar nuestros platos y disfrutar de las ventajas nutricionales que ofrece un ingrediente que ha pasado del campo de batalla a nuestras mesas.