Soy carnicero y este es el mejor pollo que puedes encontrar en el supermercado: "Destaca por su ternura y su bajo precio"
Dos carniceros han analizado sus diferencias, desde la textura hasta el sabor, para ayudarte a decidir cuál es el mejor según tus necesidades en la cocina.
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A la hora de elegir el pollo en los mostradores de los supermercados y las carnicerías, lo habitual es encontrarse con pollos blancos y pollos amarillos. Esto hace que entre los consumidores pueda haber algunas dudas con respecto a cuál es la mejor opción, y de la mano de los profesionales del sector podemos encontrar la respuesta.
A través del canal de YouTube, Etxezarreta, dos carniceros han ofrecido sus respectivas opiniones sobre este producto, en el que las alitas de ambos tipos han sido valoradas y pasadas por el horno para llegar a conclusiones que pueden llegar a ser realmente útiles para los consumidores.
El pollo amarillo, que es alimentado con grano y criado con un crecimiento más lento, suele destacar por tener una carne más firme, huesos consistentes y articulaciones resistentes. El pollo amarillo de grano es más consistente en todo, pero hay que tener en cuenta que existe una mayor dificultad para partirlo.
Por su parte, el pollo blanco es más sencillo de cortar, siendo más rápido y sencillo de criar. También suele tener más agua y esto afecta a su textura y sabor, contando con una textura más tierna y haciendo que la carne se desprenda del hueso con mayor facilidad que en el caso del pollo amarillo.
Una de las principales diferencias está en el precio, ya que el pollo amarillo puede costar hasta el doble que el blanco. Esto viene dado porque los primeros comen mejor y tienen un sabor más intenso, pero si se les va a echar una salsa barbacoa para darle sabor, entonces será preferible optar por comprar las blancas, puesto que permitirá conseguir ahorrar.
Tras preparar ambos pollos con sal y pimienta y ser introducidos en el horno, los expertos carniceros han podido llegar a la conclusión de que el pollo amarillo queda más crujiente y tiene un sabor más marcado, mientras que el pollo blanco ofrece una carne más tierna y es más sencillo de comer. Por lo tanto, optar por una u otra opción dependerá de lo que busques.
De esta manera, si quieres disfrutar de una carne consistente y un sabor más intenso, el pollo amarillo es una elección destacada, pero si prefieres algo más económico, con el que sea fácil trabajar en la cocina y fácil de adaptar a otras recetas con salsas, el pollo blanco cumple a la perfección.
¿Cuál es mejor para la salud?
Más allá de sus propiedades con respecto a la su sabor y textura, hay un gran debate con respecto a las propiedades nutritivas del pollo blanco y amarillo. Si atendemos a lo indicado por la Federación Avícola Catalana (FAC) junto a la revista de la Federación Catalana de Carniceros y Cansaladers-Xarcuters, ambos pollos ofrecen propiedades muy similares.
De esta forma, a pesar de que son evidentes sus diferencias a nivel visual, hay ciertas carencias en lo que respecta a las evidencias de que pueda haber diferencia entre ambos tipos de pollo sobre su aporte nutricional.
Tanto la carne de pollo blanco como la carne de pollo amarilla derivan de las mismas estirpes avícolas y se someten a procesos de cría que son similares, por lo que la calidad y el valor nutritivo se mantienen constantes más allá de su aspecto externo final. Dichas federaciones han efectuado un análisis para tratar de deshacerse de posibles mitos y así hacer que los consumidores puedan tomar decisiones informadas al consumir carne de pollo.
De forma contraria a lo que habitualmente se cree, el color de la piel del pollo mantiene el mismo valor nutritivo. Se ha podido identificar que la variación en el color tiene que ver con la presencia de carotenoides, presentes de forma natural en ciertos alimentos, y que pueden añadirse a la dieta de los animales a través del maíz o los pigmentos añadidos, que al mismo tiempo influyen en el color de la piel del pollo.
La pigmentación viene originada por distintos factores, que incluyen la genética de las aves y su propia alimentación. Un ingrediente que aparece en la alimentación de los pollos y que ayuda a que puedan adquirir esa tonalidad amarillenta es la flor de cempasúchil, un pigmento natural que se incorpora de manera deliberada en su dieta.
Tipos de pollo según su cría
Una vez que se tiene en cuenta que la carne amarilla de pollo no es un indicativo de que tenga una mayor calidad que la blanca, conviene tener en cuenta los tipos de pollos que hay en función de cómo se crían. De esta manera, podemos distinguir entre pollo industrial y pollo de corral, según explica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España.
El pollo industrial es criado de manera intensiva en granjas, siendo alimentado con piensos para conseguir que engorde rápidamente y llegue a alcanzar un peso de un kilogramo aproximadamente. Su carne es blanquecina y ofrece un sabor menos intenso que en el caso de la carne del pollo de corral.
Por su parte, el pollo de corral es criado en semilibertad y es alimentado con grano. El ave tiene un tiempo de engorde más largo, llegando a alcanzar un peso de hasta tres kilogramos de peso. Su carne es de color amarillento, más firme y con un sabor más pronunciado que el anterior.
Dentro del pollo de corral se pueden encontrar otros subtipos. Uno de ellos es el picantón, un pollito de menos de medio kilo que es ideal para la parrilla; y otro, el tomatero, que tiene un mayor tamaño y que es ideal para preparar asado o a la parrilla.