Camino de la cara de su segundo toro de Torrestrella, el diestro Antonio Ferrera se negó a banderillear al proferirse desde las galerías de la plaza de Vista Alegre de Bilbao unos pitos contra sus banderillas, vestidas con los colores de la bandera de España.
Ferrera, tras un despliegue de torería, mando e inteligencia con su primero de la tarde, dio una muestra más de su firme personalidad en un detalle ajeno a la lidia pero no por ello menos importante: ofendido ante los abucheos de parte del público hacia los colores nacionales, se dio la vuelta y rehusó banderillear, entregando los palos a la cuadrilla.
Pero en Bilbao no todos compartían los pitos. La gran mayoría del graderío estalló en una ovación ante el gesto del diestro, con los brazos sobre la cintura y quien cortó la única oreja de la tarde ofreciendo toda una lección de capacidad resolutiva ante la áspera y temperamental corrida de Torrestrella, lidiada en el segundo festejo del abono bilbaíno.
"Yo respeto mucho a todos y exijo respeto a España. Esto es España y yo me siento muy español", dijo en el callejón al finalizar la faena, según recoge El Mundo.