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El accidente de autobús en el que fallecieron seis personas el pasado sábado en el río Lérez sigue investigándose, con el fin de aclarar qué pudo hacer que el vehículo acabase cayendo por un puente en Cerdedo-Cotobade (Pontevedra). La Guardia Civil, a cargo de esta investigación, asegura que "hasta que no se recupere el tacógrafo no se podrá establecer si hubo o no exceso de velocidad o negligencia".

La subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, fue la primera en apuntar este domingo que "la climatología adversa" podría ser la principal causa del siniestro, que se produjo en un momento en el que había tormenta y lluvias intensas en toda la provincia. No obstante, desde subdelegación aseguran que "no se pueden adelantar hipótesis" y que será la Guardia Civil quien establezca qué ha podido ocurrir.

El instituto armado, por su parte, añade que el autobús pudo hacer aquaplaning y que, aunque la velocidad no excediese el límite establecido por la carretera, "podría ser una velocidad indebida teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas, que eran muy adversas". Insisten, sin embargo, en que todo lo que se diga por ahora es "elucubrar" y se ajusta más a opiniones que a resultados de una investigación.

El delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, ha afirmado este lunes que "todas las hipótesis" sobre el accidente "están abiertas", aunque ha apuntado a las "condiciones climáticas" de la noche del sábado como uno de los factores que pudo contribuir al siniestro. En declaraciones a los medios en el lugar del accidente, Miñones ha explicado que la Guardia Civil traerá un grupo especial de reconstrucción de accidentes de Madrid para investigar las causas. 

Lo esencial, coinciden, es reflotar el autobús, sacarlo del río y comprobar el tacógrafo, que establecerá la velocidad a la que circulaba cuando se produjo el siniestro. Para llevar a cabo esta operación, sin embargo, habrá que esperar a que las lluvias amainen y el río baje su caudal, que actualmente triplica la normalidad. "Son los técnicos del Ministerio de Transportes quienes están estudiando si se puede sacar el bus del río", explican desde subdelegación: "el puente tiene entre 30 y 40 metros de altura y deben usarse grúas, pero hay que tener en cuenta que el vehículo va lleno de agua y pesa mucho más, por lo que deben cerciorarse de que el puente resistirá la operación".

En el momento que baje el caudal del río, informan, se podrá realizar la operación con total seguridad y se contará ya con todas las pistas posibles para aclarar las causas del accidente.