La sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a 20 años de cárcel al hombre acusado de asesinar a su vecina a cuchilladas en un edificio de la calle Zamora, en Vigo, en octubre de 2022. La sentencia llega días después de que el Tribunal del Jurado considerase culpable a Pablo P.V de un asesinato con alevosía y ensañamiento.

El responsable del crimen y la víctima, según los hechos probados, tenían "problemas de convivencia" por los ruidos que supuestamente ella hacía en su vivienda y que molestaban a Pablo P.V. De este modo, el día de los hechos, el 23 de octubre de 2022, se encontraron en el exterior del edificio. El condenado entró en el portal, volvió a salir y tras decirle la mujer "vete a la mierda", entró sobre las 20:12 horas y subió hasta su apartamento.

El relato de los hechos probados continúa a las 20:51 horas, cuando la víctima pasó por delante de la puerta de su vecino y mientras abría la puerta de su casa, Pablo P.V "se le acercó por detrás con intención de causarle la muerte, portando un cuchillo rojo". El ataque de espaldas, "de manera sorpresiva y repentina", hizo que la mujer no pudiera hacer "nada para defenderse". Esto acredita, a ojos del Tribunal del Jurado, la existencia de alevosía en el crimen.

"Aún consciente de que estaban acabando con su vida, tuvo ocasión de entrar en casa, habiéndose apoyado en una pequeña mesa auxiliar de la habitación que hay al lado de la puerta. En ese momento, el acusado la atacó de nuevo y, con intención de rematarla, pero también de incrementar el sufrimiento de la víctima, le clavó el cuchillo en la mama izquierda de forma repetida", indica el magistrado presidente en la resolución. Además, indica que "la fuerza del ataque fue tal que el mango del cuchillo se rompió y la hoja quedó dentro del cuerpo de la víctima".

El jurado ve ensañamiento

De acuerdo con los miembros del Tribunal del Jurado, el dolo homicida quedó acreditado tanto por las manifestaciones del acusado como por la naturaleza del arma empleada, el número de puñaladas y las zonas del cuerpo a las cuales las dirigió.

Por otra parte, también se ha concluido que hubo ensañamiento. El jurado señala que la segunda herida fue "de carácter mortal", pero se sucedieron otras pasado un tiempo (no se pudo determinar cuánto), que ya no eran "necesarias para producir el fin pretendido por el acusado de matar a la víctima, sino que también tenía la intención de aumentar su dolor, no solo físico, sino también psíquico, desde el momento en que era consciente de que estaba siendo asesinada".

La sentencia no es firme y cabe presentar recurso ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.