Un enredo en el aparejo, posible culpable del naufragio de un palangrero en las islas Cíes
La investigación sobre el accidente del ‘Marsua J’, en el que fallecieron dos marineros, señala las malas condiciones marítimas en una zona de rompiente y poca profundidad
18 octubre, 2021 15:22PONTEVEDRA, 18 Oct. (EUROPA PRESS) –
Los dos marineros fallecidos en el naufragio del ‘Marsua J’, un palangrero con base en Baiona (Pontevedra) que se hundió el 24 de febrero de 2020 en las inmediaciones de las Illas Cíes, no llevaban chaleco salvavidas.
Así se recoge en el informe que acaba de publicar la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim), que apunta al enredo del aparejo en la hélice de la embarcación durante el izado y/o a un embarranque con el fondo como causas del siniestro.
Después de que este barco dedicado a la pesca de lubina con palangre –con dos tripulantes– no llegase a puerto en esa jornada, la Cofradía de Baiona dio la voz de alerta y se movilizó un operativo en el cual el helicóptero Pesca I localizó a las 16,59 horas la embarcación con la quilla al sol en Freu da Porta, canal de navegación de unos 500 metros de ancho que separa la Illa do Medio y la Illa do Sur en las Cíes. Allí se encontró a uno de los marineros muerto.
El 10 de marzo, el pesquero ‘Novo Meira’ que pasaba por la zona encontró el cuerpo sin vida del otro tripulante que estaba desaparecido.
En la investigación se recoge la posibilidad de que las fuertes corrientes existentes en la zona comprometiesen la seguridad del ‘Marsua J’. Asimismo, se apunta que tres días después del naufragio se observó que faltaba parte del palangre largado en Freu da Porta, además de no encontrarse la boya de señalización.
Hipótesis de acontecimientos
De tal forma, la Ciaim describe una serie de acontecimientos según la cual, "a consecuencia de una mala maniobra o de las malas condiciones marítimas existentes", "la cala del aparejo se habría enganchado en la hélice, destrozando la boya situada en el extremo inicial del palangre y dañando el calamento". El aparejo se habría ido enrollando en la hélice hasta que el motor se paró. De este modo, la embarcación "quedó sin gobierno cerca de las rompientes a merced del viento y del oleaje".
En este contexto en un lugar que los pescadores describen como "una batidora", se cree que un golpe de mar "podría haber producido un embarque masivo de agua" en un palangrero que carecía de cubierta, "comprometiendo la estabilidad y produciendo el vuelco del pesquero".
La Ciaim recuerda que ya un año antes el ‘Marsua J’ había sufrido un enganche del aparejo en la hélice, pero en aquel momento lograron salvar la situación.
A esto se une la posibilidad de una embarrancada en una zona rocosa en la que hay profundidades medias de cinco metros. Ese día hubo olas de tres metros, que llegaban a cinco metros en algunos casos, por lo que "es posible que la embarcación tocara fondo cuando navegase en el valle de las olas más altas, ocasionando una vía de agua".
Eso sí, "todo parece indicar que los acontecimientos se desarrollaron de manera súbita", sin posibilidad de dar voz de alarma ni hacer uso de los chalecos salvavidas.
Finalmente, esta comisión de investigación –dependiente del Ministerio de Transportes– realiza lecciones de seguridad que pasan por el empleo de chalecos salvavidas, así como por la prevención de riesgos de embarcaciones pequeñas en zonas de rompiente.