Laura y Joaquín Carrasco, dos generaciones al frente del negocio familiar.

Laura y Joaquín Carrasco, dos generaciones al frente del negocio familiar. Treintayseis

Cultura

La Librería Cao, el sueño pontevedrés de los amantes de la lectura

En una esquina de la plaza de Méndez Núñez se esconde este pequeño paraíso lector, que lleva en pie más de 70 años y sigue siendo un negocio familiar especializado en libro antiguo y descatalogado

20 marzo, 2022 06:00

La Librería Cao abría sus puertas por primera vez en 1948 en la céntrica plaza de la Peregrina, aunque hoy está junto a la de Méndez Núñez. Sus 74 años de historia la convierten en la más antigua de Pontevedra y una de las más longevas de Galicia, un espacio único y mágico en el que cualquier amante de la lectura desearía perderse.

Este negocio pertenece ahora a la tercera generación de la familia de Dámaso Carrasco, quien la fundó. Carrasco, republicano, llegó a Pontevedra tras salvarse en Zamora de una condena a muerte por ser contrario al régimen y en la ciudad del Lérez estableció su negocio. El nombre de la librería corresponde con el apellido de la cuñada de Carrasco, pues era el único que encajaba en la pequeña fachada del establecimiento de la Peregrina.

Sus extensos fondos lo convirtieron en el lugar de referencia para las reuniones de intelectuales pontevedreses, entre los que se encontraban Valle-Inclán, Odriozola, Torrente Ballester, Unamuno o Méndez Ferrín, que se reunían con Dámaso Carrasco en la trastienda de la librería para charlar sobre literatura.

Fue ya en los setenta cuando su hijo, Joaquín, recoge el testigo de la primigenia Librería Cao, en la que tantas horas había pasado en los ratos libres del colegio. El negocio se traslada entonces a su ubicación actual, en la esquina de la calle Sarmiento con la plaza de Méndez Núñez, y Joaquín y su mujer Conchi comienzan a regentar la librería.

Pasito a pasito creando un fondo único

El los años setenta es cuando la Librería Cao comienza a cambiar su modelo de negocio y evoluciona hacia la distribución de libros y revistas. Durante esta primera época de incorporación de la segunda generación de Carrascos, empiezan también a traer obras no autorizadas en los transportes de plátanos desde Canarias, llegando a sufrir pintadas tachándolos de "rojos".

Librería Cao. Foto: Treintayseis

Librería Cao. Foto: Treintayseis

A partir de los ochenta, es Conchi quien coge las riendas de la librería y la inunda de ideas frescas e innovadoras mientras mantiene la esencia del pequeño negocio de Dámaso Carrasco. La nuera creó y dirigió la Agrupación de Libreros de Pontevedra y organizó la primera exposición de literatura infantil y juvenil de la villa, celebrada en 1995 en el Teatro Principal y sentó las bases para la creación del Salón del Libro de Pontevedra.

Ella misma especializó el fondo de la librería, algo que potencia con la llegada de la Facultad de Bellas Artes a la ciudad, cuando comienza a centrar su catálogo en libros de pintura, escultura, arquitectura, diseño, cine o fotografía. También se mete en el mundo del libro descatalogado, el excedente de ciertos volúmenes que las editoriales no quieren publicar más y se venden a quien crea que puede "darles salida".

La tercera generación

Laura Carrasco, hija de Joaquín y Conchi, es la tercera generación de la familia que regenta la Librería Cao y cuenta orgullosa cómo rinde homenaje cada día a su madre y a su abuelo, quienes crearon este espacio tan singular. "Llegué muy de casualidad porque mi madre se puso enferma y, para colmo de una librera, desarrolló una alergia al papel y a la tinta: tuve que venir enseguida a hacerme cargo de la librería", explica.

Laura ha creado un pequeño espacio dedicado al libro antiguo como homenaje a su abuelo. Foto: Treintayseis

Laura ha creado un pequeño espacio dedicado al libro antiguo como homenaje a su abuelo. Foto: Treintayseis

Casi sin pensárselo, Laura hizo las maletas y dejó su trabajo como directora comercial en Londres para darle a su vida un giro de 180º. "Estaba harta del ambiente y del estrés de mi trabajo, ya me había planteado llevar la librería algún día porque siempre ha sido mi casa, pero todo se precipitó y no puedo estar más contenta", dice.

Cuando llegó, confiesa, dio su "giro personal" a Cao y añadió una sección de libro antiguo, "algo simbólico, un pequeño homenaje a mi abuelo". También potenció toda la parte de moda y trajo "la librería al siglo XXI: creé una web, digitalicé todo el catálogo y actualicé muchas secciones". Ahora se han conformado como un espacio diferente, en el que no se encontrará el último Premio Planeta "porque, aunque si el cliente lo solicita podemos conseguirle todo tipo de libros, nos hemos querido diferenciar de esta forma".

Ahora, gracias a las redes sociales, han podido potenciar también sus ventas, con iniciativas como la ‘Cita a ciegas con un libro‘, en la que el lector solo sabe qué género está comprando pero no de qué ejemplar se trata. "Lo hice por primera vez hace tres años y fue muy guay, pero lleva muchísimo trabajo: esta vez empaqueté 50 libros y tuve que aumentarlos hasta 63, que han volado en apenas una semana".

A raíz del confinamiento, Laura reconoce que mucha gente se animó a leer "y algunos han seguido haciéndolo", además de que el Ministerio de Cultura y la Confederación Española de Librerías "han dado un necesario impulso a los pequeños locales de barrio, que hemos notado mucho el crecimiento de lectores". Asegura que los últimos años han infundido muchísimo ánimo a los pequeños libreros, "que somos autónomos en un país en el que se lee poco", y que ahora nota que los pontevedreses, de nuevo, están disfrutando de recorrer sus estanterías en busca de nuevas aventuras.