La casa natal de la Bella Otero (Valga): el legado de la musa gallega de "La Belle Époque"
El Museo de la Historia de Valga dispone de una recreación de una vivienda típica de entre finales del siglo XIX y principios del XX, enriquecida con piezas etnográficas y material dedicado a la figura de esta cantante, actriz y bailarina gallega
3 abril, 2024 05:00El alma del municipio valgués se desgrana trozo a trozo en el interior del Museo de la Historia de Valga: el espíritu de una tierra verde a orillas del río Ulla que atesora a buen recaudo el ingente patrimonio artístico y cultural de toda su historia. Una herencia genuina, construida a lo largo del tiempo, que hoy por hoy forma parte del extraordinario legado a la memoria y sus valores que este espacio museístico gallego ha logrado salvaguardar y difundir. No obstante, y más allá del propio relato dirigido a la historia de esta localidad de la comarca de Caldas, anexo al edificio principal del museo se emplaza un lugar único que permite al visitante descubrir en primera persona el modo de vida de entre finales del siglo XIX y principios del XX en Galicia, así como también del papel de la mujer a través de la figura de la Bella Otero (Valga, 1868- Niza, 1965), la musa gallega de "La Belle Époque".
Pero, ¿quién fue realmente la Bella Otero? Artista internacional, cortesana y el auténtico arquetipo de una femme fatale para la sociedad de la época, su fascinante y rocambolesco relato de vida estuvo marcado desde sus inicios por la tragedia y las invenciones, un ciclo fatal cuyo desenlace estuvo a merced de la soledad y la miseria. Ahora bien, a pesar de su complicada vida, esta gallega natural de Valga llegó a convertirse en una de las figuras más famosas y seductoras de La Belle Époque, la época dorada de la cultura en Paris (período comprendido entre 1870 y 1914). Lo cierto es que la Bella Otero fue una de las personalidades más deseadas entre los círculos artísticos y la alta sociedad parisina, llegando incluso a codearse con la mismísima realeza europea. No es de extrañar por tanto que su existencia se haya hecho eterna y sea ahora el reflejo de toda una época. De hecho, en el presente, la recreada casa natal de la artista ―conectada al Museo de la Historia de Valga― acoge entre sus paredes una amplia exposición cronológica de la vida de esta apasionante bailarina, actriz y cantante.
Una vida de época hecha cultura
La casa natal de la Bella Otero se ha convertido en el guardián del patrimonio cultural de Galicia y en una cápsula del tiempo sobre la vida de esta cautivadora artista de la Belle Époque. Este espacio conectado al museo valgués gira principalmente en torno a la figura de esta gallega afincada en Francia entre finales del siglo XIX y principios del XX. Lo cierto es que, a pesar de haber vivido muchos años en el extranjero, la Bella Otero siempre llevó a su aldea natal en el corazón y así quedó reflejado también en su testamento, en el que cual legaba todos sus bienes a los más necesitados de la localidad pontevedresa. No obstante, como explicamos unas líneas más arriba, el final de su vida estuvo marcado por la soledad y las miserias, por lo que en el momento de su muerte toda su fortuna se reducía a apenas unos 609 francos.
En cualquier caso, el lugar que la vio nacer quiso devolver parte de ese cariño recibido y homenajear a una de sus figuras más destacadas. Es por esta razón que el Museo de la Historia de Valga acoge en la casa natal de la artista una exposición permanente y cronológica sobre cada uno de los capítulos de vida de este personaje, enmarcada además dentro de un contexto socio-económico y político a nivel gallego e incluso mundial que permite al visitante entender el complejo ambiente en el que la Bella Otero vivió su infancia, lo que completa al mismo tiempo la idea de grandeza que logró más tarde en su auge artístico. La exhibición presume de piezas tan únicas como un facsímil de su certificado de nacimiento, periódicos internacionales de la época en los que aparece en las portadas e incluso alguna que otra figura en cerámica. De hecho, esta completa muestra también acerca a las personas al papel de la mujer a lo largo de los siglos XIX y XX, así como a la contribución de las mismas a la historia y la sociedad.
Las otras secciones del Museo de la Historia de Valga
Al margen del espacio dedicado a la figura de la Bella Otero, el Museo de la Historia de Valga también alberga en su interior una muestra detallada del pasado y el entorno que rodea a la localidad gallega. El edificio dispone de tres pisos divididos en sus particulares secciones centradas en el territorio y sus recursos naturales; los elementos históricos y artísticos; y personajes ilustres. De esta forma, los visitantes al espacio museístico podrán encontrar en la primera planta un recorrido visual a través de los recursos naturales de la localidad, desde el río Ulla a las Fervenzas de Raxoi y Parafita o la Mina Mercedes, así como las principales vías que atraviesa el municipio, entre ellas el Camino Portugués o el Camino Real.
La primera planta, por su parte, ofrece un extenso recorrido por el grueso de la historia de Valga, desde el año 1800 a.C hasta nuestros días. Las iglesias románicas y neoclásicas conservadas en el municipio, como la Igrexa Vella, o restos arqueológicos como el Mercados dos Mouros son el principal hilo conductor de esta sección. A mayores, en este piso también se exhiben hitos histórico como el de la Batalla de Casaldeirigo, el enfrentamiento que marcó la victoria de este pueblo frente a las tropas napoleónicas; o auténticas obras de arte como el Capitel de Setecoros, una pieza de gran belleza que hunde sus raíces en el siglo VI. Ya en la segunda planta, los visitantes podrán encontrar una muestra dedicada a personajes ilustres de la localidad, entre ellos el investigador e historiador Xesús Ferro Couselos y la propia Bella Otero. De hecho, el Museo de la Historia de Valga expone en su interior la única grabación conservada de esta gran musa y artista de Belle Époque, un pequeño vídeo filmado por la cámara de los hermanos Lumière tan sólo 10 años después de que el cine fuese inventado.