Las pastelerías de Vigo se preparan para el Domingo de Pascua: ¿roscones, monas o huevos?
El sector ve con optimismo esta Semana Santa, registrando ventas parecidas a antes de la pandemia, y donde el chocolate se mantiene como el obsequio favorito de los ahijados
13 abril, 2022 06:00El próximo domingo se celebra la Pascua, el día que clausura la Semana Santa. Según cuenta la tradición cristiana y el Nuevo Testamento, en estas fechas Jesucristo resucitó tras ser crucificado el Viernes Santo; por eso, ese día se conoce también como el Domingo de Resurrección.
Sin embargo, la palabra "pascua" proviene del hebreo y está vinculada a una celebración judía anterior al cristianismo. El pueblo judío festejaba en Pascua la liberación de la esclavitud a la que estaba sometido en Egipto. Algunos expertos señalan que, incluso antes de estos hechos, la Pascua era una fiesta pagana donde se celebraba el final del invierno y el comienzo del buen clima para las cosechas. De este modo, cada año se celebraba en una fecha distinta en base a la primera luna llena primaveral.
¿Pero cómo pasamos de esta historia de religiones a los coloridos huevos de Pascua? Pues, como mundo globalizado en el que vivimos, las celebraciones de otras culturas se entremezclan y viajan más allá de sus fronteras. En algunos países europeos y sobre todo en Estados Unidos, las esferas de colores son el símbolo de la Pascua. El significado, no obstante, no está del todo claro.
Buena perspectiva de ventas
Petronella trabaja en la pastelería El Molino, de las más conocidas de Vigo. A sus ojos, el domingo de Pascua de este 2022 será un buen año en cuanto a ventas se refiere: "Se vende muy bien todo, estamos teniendo unas ventas casi como antes de la pandemia".
Su percepción es compartida por otros de los negocios más famosos del sector del dulce vigués. "La verdad es que estamos bastante contentos, de Pascua solo nos queda lo que se ve ahora en tienda, en el almacén no tenemos nada", explica Lorena, empleada de Sémola.
El local de Porta do Sol de la cadena huele a pan y a azúcar. En sus estanterías se pueden ver huevos envueltos en papel de colores "disfrazados" de animales o cajas de pequeños huevos con envoltorios relucientes. Lorena afirma que ven cómo la gente "se anima a comprar y sigue la tradición".
"La gente está muy animada, yo estoy muy contenta con las ventas", declara Isabel, al mando de Delicatessen Martínez, en la calle Carral, "De momento, ya es mejor que el año pasado". En estas fechas, los clientes invierten una cantidad media "de entre 45 euros hasta 80 o 90″, según nos cuenta la artesana. En cuanto a los roscones, "unos 29 euros", apunta Petronella, de El Molino.
¿Más de roscón o de chocolate?
Lo cierto es que este domingo es un día especial. La tradición aquí en España es que los padrinos regalen a sus ahijados algún dulce. Antes lo más típico era un roscón, pero desde hace unos cuantos años se ha impuesto la tendencia de regalar chocolate.
"El roscón se vende mucho, aquí se han vendido unos 300 este año y soy la cuarta generación elaborándolo, es tradición", cuenta Isabel, dueña de la pastelería Delicatessen Martínez. Su local, que también funciona como cafetería, está decorada hasta arriba de huevos, lazos y figuras de chocolate.
En El Molino se venden los roscones en gran cantidad a lo largo de la Semana Santa, normalmente sin encargos previos. El grueso del negocio, como apunta Petronella, se concentra el propio Domingo de Pascua. "La tradición es regalar las dos cosas, el roscón y el huevo, pero en los tiempos que corren hay que decidirse más por una cosa".
En Sémola también están ambientados para la ocasión: "Hay dos públicos, quien es de chocolate y quien es de roscón. Quien compra roscón lo hace siempre", apunta Lorena, trabajadora del negocio, "Además, estos se hacen en el obrador y están muy buenos. Los vendemos en una caja de madera y son muy bonitos para regalar".
¿Podría ser que estos dos públicos se clasifiquen en función de la edad? Lorena de Sémola titubea y responde que "el chocolate triunfa siempre", sin importar cuántos años se tenga. Depende mucho cuál sea la tradición familiar. En el local de la Porta do Sol, por ejemplo, lo que más se ha vendido este año han sido las figuras de chocolate (denominadas "monas").
Huevos y monas personalizadas
"Lo que más se vende son los huevos de chocolate", repone Petronella, de El Molino. Por encima de la tradición más rígida, los padrinos de los niños no pueden ignorar que a los pequeños les encanta este dulce. Y viendo los escaparates de las pastelerías, está claro que ellos son los protagonistas de esta festividad.
En El Molino, según nos cuenta su encargada, el huevo más caro cuesta 75 euros y hay monas de hasta 130 euros. Delicatessen Martínez también tiene su figura de chocolate valorada en torno a los 120 euros, una recreación de un Ferrari cubierto de dorado.
Los negocios ya crean las piezas para cumplir con los deseos de la infancia. Muñecos de Pepa Pig, balones de fútbol comestibles o casitas de dulce donde habitan los personajes de Frozen, el abanico de monas de chocolate es tan infinito como la imaginación de un niño.
"Este año todo es muy personalizado", reconoce Isabel, de Martínez. La pastelera y artesana cuenta que, a estas alturas del pasado año, "ella no estaría aún haciendo chocolate", pero la alta demanda de encargos individuales hace que, hasta el sábado, se mantenga la producción.
"Antes la gente venía y se llevaba la casita que hubiera, pero ahora cada uno quiere algo personalizado", explica. Así, el número de encargos de Isabel supera el centenar y continúa creciendo la cantidad de figuras de chocolate en el mostrador, muchas con la etiqueta de "reservado", listas para ser recogidas y hacer feliz a un niño.