"Trabajar con el único fin de ganar dinero es la pobreza espiritual más grande que existe"
El emprendedor gallego Emilio Froján entrevista para este periódico a algunos de los jóvenes talentos más reconocidos del territorio nacional. En esta primera entrega, se sienta con Antonio Espinosa de los Monteros, fundador de las empresas Auara y LIUX
11 noviembre, 2023 05:00Antonio Espinosa de los Monteros (Sevilla, 1990) es, sin duda, uno de los emprendedores más auténticos y carismáticos que conozco. Es una de las voces más inspiradoras del ecosistema emprendedor y sus reflexiones son realmente transformadoras.
Aborda su labor profesional teniendo siempre en cuenta el impacto en la sociedad, las personas y asegura que, si pudiera cambiar una sola cosa en el mundo, sería que todos "tuviéramos una noción común de lo que es el amor real".
Desde esa perspectiva, el fundador de las empresas Auara y LIUX, se ha convertido en uno de los creadores de contenidos más influyentes de Linkedin en el país y, vamos a reconocerlo, también en mi favorito. Con una vida espiritual admirable, este emprendedor sevillano de talento rebelde tiene mucho que aportar a cualquiera que quiera escucharle.
Mi intención es tratar de mostrar un poco más de él a través de esta entrevista. Como me imaginaba, no me ha dejado indiferente.
Pregunta: Vivimos en un mundo mejorable. Sé que tu trabajas por mejorarlo desde distintos ángulos pero si tuvieses influencia absoluta para cambiar una cosa en el mundo. ¿Cúal sería?
Respuesta: Esto que voy a escribir suena horriblemente naif y cursi, pero es lo que pienso de verdad. Molaría que la gente, que todos, aprendiéramos a amar. Que tuviéramos una noción común de lo que es el amor real y que nos dedicáramos toda la vida a tratar de hacerlo lo mejor posible.
Es difícil llegar a una definición de lo que es el verdadero amor, y más difícil aún practicarlo. Pero cuando amas de verdad, con un amor auténtico (generoso, humilde, paciente, perseverante…), todo en general va a mejor. Todo lo demás viene solo.
P.: Siempre digo que para mi la envidia es la escoria de todos los pecados, ¿qué es lo que más detestas del ser humano? ¿Dónde deberíamos enfocarnos?
R.: Me da pena lo autodestructivos que somos. Cada vez me pasa más que cuando veo a alguien hacer algo malo, lo que veo de fondo es alguien que se está auto destruyendo. El que odia, el que destruye, el que hace daño, es porque está lleno de dolor, odio y destrucción. Solo el que está lleno de amor puede dar amor. Con la envidia pasa eso. La envidia es muy penosa, porque a quien más daño hace, en el fondo, es al que la sufre. El evangelio dice: “Ama al prójimo como a ti mismo”, y eso significa que si no sabes amarte a ti mismo no podrás amar bien al prójimo. El que odia a otros es porque en el fondo se odia a sí mismo.
Pero, ¿qué es amarse bien a uno mismo? Definir bien el amor es el reto otra vez. Es fácil confundir el amor a uno mismo con egoísmo, egocentrismo, hedonismo, perfeccionismo…
P.: Emprender, ¿qué significa para ti?
R.: Encontrar un problema y tratar de darle una solución. Para mí el emprendedor no es el que monta una empresa, sino el que tiene una actitud proactiva para tratar de mejorar el mundo en el que está. A veces esto se materializa en forma de startup. Otras veces es un intra emprendimiento. Otras veces emprender es montar una familia o lanzar un proyecto social.
P.: ¿Vale la pena? Sabemos que los sacrificios son altos. ¿Cuál fue tu momento más duro como emprendedor y qué aprendiste?
R.: Vivir tratando de solucionar problemas de la gente sin duda vale la pena. ¿Montar una startup en España vale la pena? Bueno, somos el país 97 para montar un negocio según el último ranking Doing Business del Banco Mundial. España es un país muy complicado para emprender.
Pero supongo que siempre es difícil y siempre hay excusas. Hasta el emprendedor más exitoso de nuestro tiempo, Elon Musk, dice que “empezar una empresa es como enfrentarte al abismo y comer cristales”. Me parece una buena definición.
Creo que vivir en el abismo y comer cristales no merece la pena si el fin es la fama, el dinero o el ego. Pero sí merece la pena pasarlo de culo por un buen fin. Realmente no hay alternativa. Si quieres conseguir algo bueno en la vida, algo significativo, algo que merezca la pena, tienes que aceptar que vas a sufrir por el camino. Puede que en ese camino aprendas lecciones sobre el sufrimiento que te ayuden a ser mejor persona en el resto de ámbitos de tu vida. Creo que una de las grandes falacias de nuestro tiempo es considerar que ser feliz consiste en no sufrir. Buscamos evitar el sufrimiento a toda costa, pero lo cierto es que no se puede ser feliz si no se sufre por cosas que merecen la pena.
P.: Mucha gente ve al emprendedor como una figura asociada a una motivación extrínseca como es generar mucho dinero para uno mismo. Por lo que te conozco sé que hay otras cosas que te mueven mucho más.
R.: He tenido la suerte de trabajar y vivir en algunos de los lugares más pobres del planeta, lugares en los que hay gente que vive con muy poco y es muy feliz. Los mayores sabios que he conocido sabían ser felices con pocas cosas. Así que cuando tenía 20 años, un día pensé: vivo en España, mis padres me han dado una educación y no necesito mucho para vivir; salvo que haya un cataclismo nunca me faltará comida y una cama, así que puedo vivir como si tuviera la vida resuelta.
Desde esa visión, es mucho más fácil enfocarse en cosas que importan de verdad, y entender que el dinero solo tiene valor como medio para hacer cosas buenas. Y lo paradójico es que, viviendo así, sin obsesión por el dinero, creo que te acaba yendo mejor en todos los sentidos, también económicamente. Ninguno de los emprendedores y empresarios más admirables que conozco trabaja por dinero. Trabajan porque creen en lo que hacen, y el dinero llega solo, como consecuencia de hacer algo bien.
Quienes sufren la pobreza material y necesitan el dinero para poder vivir, no trabajan por dinero, trabajan para poder vivir. Trabajar con el único fin de ganar dinero es la pobreza espiritual más grande que existe.
P.: Del mundo del agua embotellada y hacer pozos en África a crear el coche más sostenible del mundo. ¿Qué es lo que más estás aprendiendo en esta nueva aventura?
R.: Trato de aprender humildad. La vida es una constante lección de humildad cuando sales ahí fuera y tratas de hacer cosas, y hay que aprovecharla. Aprendes lo jodido que es levantar algo, y lo sigues aprendiendo en cada proyecto, aunque no sea la primera vez, siempre te sorprendes. Aprendes a valorar lo que han hecho otros emprendedores, aprendes a empatizar, conoces tus limitaciones, juzgas menos porque sabes lo difíciles que son las cosas…
P.: Sé que te disgusta un poco el enfoque de la Educación. Si pudieses influir en el tablero educativo español, ¿cambiarías muchas cosas?
R.: Para mí la educación es el mayor poder que tiene un pueblo. El futuro de una sociedad es directamente proporcional al nivel de su educación. Creo que es fundamental convertir la educación en la mayor prioridad nacional, darle mucho más valor y prestigio, aprender de los países que mejor lo hacen y dejarla en manos de gente que sabe, muy lejos de la política.
Entrevista rápida a Antonio Espinosa de los Monteros
P.: Si solo pudieses comer una cosa durante todos los días de tu vida sería…
R.: Cocos frescos.
P.: El mejor viaje de tu vida ¿a dónde fue?
R.: Imposible elegir. El viaje es la vida.
P.: ¿Si pudieras teletransportarte a alguna época pasada o futura a dónde y cuándo irías?
R.: Israel, año 30.
P.: La vida es…
R.: El mayor regalo de tu vida.
P.: La virtud que más valoras en las personas.
R.: La humildad.