Minis, NBA y buena música: así es el Ocean Rock Bar, que llega a Vigo desde Malasaña

Minis, NBA y buena música: así es el Ocean Rock Bar, que llega a Vigo desde Malasaña

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Minis, NBA y buena música: así es el Ocean Rock Bar, que llega a Vigo desde Malasaña

Abrirá sus puertas en Churruca el 1 de diciembre y ocupará el local del Mogambo con un espíritu de festival de música y un lema: "No tenemos clientes, tenemos fans"

11 noviembre, 2023 05:00

Habrá pasado justo una semana desde el encendido navideño en Vigo y la oferta de ocio nocturno tendrá un nuevo compañero de juegos en Churruca. El número 12 de la calle que da nombre a una de las principales zonas de copas cambiará de cara: el Mogambo cierra sus puertas para dejar paso a un local que quiere traer a la ciudad un pedacito del barrio de Malasaña de Madrid.

Víctor Toller es la cara que está detrás de la apertura del Ocean Rock Bar en Vigo, un local que se ha convertido en una referencia en la madrileña calle de San Vicente Ferrer, y que ahora llega a la ciudad olívica con el mismo carácter y personalidad que le han hecho fuerte en la capital: buena música, NBA NFL y rugby en las pantallas y un ambiente que quiere reproducir el de un festival de música.

El Ocean era un bar "más" cuando abrió en 2005 en Malasaña. Víctor, estudiante de Derecho en la Autónoma, comenzó a ir como cliente en 2008 como el que busca su lugar en el mundo. "Un día unos amigos me dijeron que fuésemos al Ocean, que les habían hablado muy bien del sitio, y que por cinco euros te daban dos copas". Desde ese día, se convirtió en su segunda casa: "Llevé a muchísima gente, también a muchos amigos americanos, que a los que llegaban les decían ‘Víctor os saca de paseo y os dice por dónde salir barato'".

De mejor cliente a propietario

Víctor Toller y Alberto Luque, propietarios del Ocean Rock Bar. Foto: Ocean Rock Bar

Víctor Toller y Alberto Luque, propietarios del Ocean Rock Bar. Foto: Ocean Rock Bar

Aquel era un local con alguna cucaracha, de esos de serrín en el suelo y regentado por un "señor mayor", pero se fue poniendo de moda. "Empecé a poner yo la música que me gustaba, le decía al dueño que tenía que poner Foo Fighters, Pearl Jam, Kaiser Chiefs o Franz Ferdinand", explica Víctor a Treintayseis. En otoño de 2010, el dueño le dijo que se jubilaba y Toller aceptó el traspaso; "primero, tengo que hacer números". De la mano de su amigo Alberto Luque se lanzaron de lleno a tener un bar: "Pasamos de ser los mejores clientes a que fuese nuestro".

Para conseguir el dinero necesario, pidió un préstamo a su madre, que le puso una condición: licenciarse en Derecho; si lo hacía, no le debería nada. "Llevaba 4 años y estaba en segundo de carrera y con miles de asignaturas pendientes, solo me dedicaba a aprobar lo justo para que no me echasen", reconoce. Pero fue coger el Ocean y despegar. "En dos o tres años me saqué toda la carrera y nunca le devolvía mi madre ni un euro", dice entre risas. Eso sí, nunca llegó a ejercer: "El derecho no era lo mío, lo mío eran los bares".

Imágenes del Ocena Rock Bar de Malasaña. Fotos: Ocean Rock Bar

Imágenes del Ocena Rock Bar de Malasaña. Fotos: Ocean Rock Bar

Imágenes del Ocena Rock Bar de Malasaña. Fotos: Ocean Rock Bar

Imágenes del Ocena Rock Bar de Malasaña. Fotos: Ocean Rock Bar

Imágenes del Ocena Rock Bar de Malasaña. Fotos: Ocean Rock Bar

Imágenes del Ocena Rock Bar de Malasaña. Fotos: Ocean Rock Bar

Imágenes del Ocena Rock Bar de Malasaña. Fotos: Ocean Rock Bar

Imágenes del Ocena Rock Bar de Malasaña. Fotos: Ocean Rock Bar

El Ocean, al que le añadió los apellidos Rock Bar, abrió sus puertas un jueves 3 de marzo de 2011. Víctor cambió un Erasmus en París por la aventura en San Vicente Ferrer con un objetivo: que recogiese el espíritu de los festivales de música, que estaban en su pleno apogeo. "No quería el típico ambiente de Malasaña. En esa época iba a muchos festivales y cuando veía a la gente bailando con su vaso de ‘mini’ pensaba ‘eso es lo que yo quiero’: el bar a reventar, con la gente sudando y bailando con su mini de cerveza", detalla. De esos grandes eventos, el Ocean también respira la variedad de gente y de ambientes, "que es la idea que tengo que sea así en Vigo".

Pero su "buque insignia" es la apuesta por la NBA, la NFL y el rugby, que llega a un público "más fiel" que el del fútbol, y que en Malasaña les funcionó a la perfección, ya que son uno de los pocos que lo ofrecen. Pantallas que programen estos deportes y que conviertan al local en un referente para los amantes del baloncesto, del fútbol americano y del rugby.

Nueva vida en Vigo

Víctor ya conocía Vigo porque su pareja es de aquí, y por lo tanto también había salido por Churruca, que siempre le gustó y se dio cuenta de que un Ocean en Vigo podía tener éxito. Este mismo año, se han mudado a Vigo desde Madrid y Toller no ha perdido el tiempo: abrió el 100 Montaditos de Vialia y también se ha hecho con el de la Plaza de Compostela. Pero la oportunidad para abrir el Ocean le llegó antes, hace meses, cuando le avisaron de que el Mogambo traspasaba su local. "Empecé a negociar con ellos en Semana Santa, pero les dije que hasta que me mudase aquí no lo iba a coger".

Ya instalado en Vigo, el Ocean Rock Bar se ha hecho realidad. O se hará, más bien, el viernes 1 de diciembre a partir de las 21:00 horas, cuando se estrenará en Churruca, al lado de la Iguana, que, curiosamente, también ha cambiado de dueños, aunque este sí que mantendrá su nombre y marca, míticos dentro de las salas de conciertos de toda España.

"Lo importante es que la gente sepa que en Vigo vuelve a haber un bar de copas donde te puedes tomar un litro de cerveza, de kalimocho, de tinto de verano, de otros alcoholes e incluso de rebujito", enumera. La oferta de cerveza, rubia, Ipa y la Oro Bilbao sin filtrar. Y todo, a "precio de Churruca".

Por el momento, no se plantea hacer nada "especial", ya que prefiere esperar a que todo esté más rodado, ya que tendrá poco tiempo: desde el cierre del Mogambo hasta la apertura del Ocean habrá menos de una semana.

La cuenta atrás ya está activada para, una semana después de que se enciendan las luces de Navidad, lo hagan las del Ocean Rock Bar, un nuevo inquilino de la calle Churruca con el espíritu de los minis o litros de cerveza moviéndose al son de la mejor música y que quiere hacer realidad su lema: "No tenemos clientes, tenemos fans".