S.O.S.tenibilidad: una cuestión de interés corporativo
El director de desarrollo de negocio en Iberatlantic Real Estate reflexiona sobre una de las tendencias y realidades corporativas que ya no se pueden obviar en ningún sector, y tampoco en el inmobiliario o el de la construcción: la sostenibilidad
Desde hace unos años el concepto de sostenibilidad está muy presente en diferentes ámbitos de en nuestras vidas. En el plano profesional, somos muchos los que tenemos en cuenta este aspecto en nuestros proyectos. Si ponemos el foco en lo que está ocurriendo en el sector inmobiliario y analizamos varios hitos de los últimos tiempos, podremos entender claramente hacia dónde vamos.
El sector inmobiliario es un sector muy intensivo en emisiones de CO2, con estimaciones de alrededor del 25% del total de las emisiones; además, es un sector que concentra unos niveles de inversión muy altos, con una estimación de 1,3 billones de dólares americanos invertidos en 2021 a nivel global. Esta inversión responde a fondos de inversión de todo tipo, estando muy presentes los principales actores de gestión de activos, con firmas como Blackstone o Blackrock.
Esta no es cuestión baladí, y precisamente este mes de enero se publicaba, puntual como siempre, la carta que Larry Fink, presidente de Blackrock, dirige anualmente a los CEOs. Una vez más, esta referente internacional deja muy claro que "la mayoría de stakeholders -desde accionistas a empleados, pasando por clientes, comunidades y reguladores- espera que las compañías contribuyan a la descarbonización de la economía global. Pocas cosas afectarán tanto a las decisiones de asignación del capital -y por tanto al valor a largo plazo de tu empresa- como la manera en que abordes la transición energética global en los próximos años". Es decir, Fink no deja lugar a dudas: si quieres atraer inversión hacia tus empresas o activos, debes tener claro que una buena propuesta en sostenibilidad no es algo negociable.
Para hacernos una idea clara del alcance de esta recomendación, hay que tener en cuenta de quién estamos hablando, y es que Blackrock se disputa junto a Blackstone el primer puesto como gestora de inversión a nivel mundial, con una estimación de valor de activos bajo gestión de 5,1 billones de dólares. Resumiendo, en esta etapa de "Ibais" y "Rubius", Larry Fink no deja de ser el mayor influencer en cuanto a inversión se refiere, y sus reflexiones son asumidas automáticamente como tendencia a seguir, en cuanto a exigencias, por parte de los accionistas e inversores de todo el mundo.
Esta lectura sobre el camino a recorrer como gestores de inversión no es algo nuevo que se inicia en este 2022, sino que está presente en la comunicación de Larry Fink y Black Rock desde hace unos años, y en paralelo el mundo es cada vez más exigente con la cuestión. Hoy en día es impensable que un activo inmobiliario, o un portfolio de activos, resulte atractivo para inversión patrimonialista en mercados de capitales si no está convenientemente certificado en sostenibilidad y preferentemente, además, en algún aspecto relacionado con el bienestar de los usuarios.
De hecho, el término ESG (sostenibilidad, gobierno corporativo y social) tiene y tendrá cada vez más relevancia en nuestros planes de negocio, y ahí deberemos tener en cuenta todos los ángulos que harán que nuestras actividades contribuyan a mejoras en estos aspectos. Al respecto del ESG, Larry Fink afirma en la mencionada carta a los CEOs: "Como gestores de capital de nuestros clientes, pedimos a las empresas que demuestren cómo van a cumplir su responsabilidad con los accionistas, lo que también incluye prácticas y políticas medioambientales, sociales y de gobierno corporativo sólidas".
La conclusión es sencilla, si queremos jugar en la liga los grandes -en los mercados, me refiero-, resultar atractivos para los mejores inversores es fundamental, tanto a nivel corporativo, como empresas sostenibles, como a nivel de los activos que desarrollemos o gestionemos, que deben incluir todos aquellos aspectos que conformar una política definida de ESG.
En palabras del propio presidente de Blackrock: "Cada empresa y cada sector se transformará en el marco de la transición hacia un mundo neutral en carbono. La pregunta es: ¿llevarás el timón o dejarás que te dirijan otros?". No sé qué pensará el lector, pero en mi humilde opinión, como navegante del sector inmobiliario, puedo afirmar que barco sin timón, va a la deriva.