Juguemos
Una breve reflexión sobre la importancia de pasar tiempo con los reyes y reinas de la casa; también para ser mejores en nuestro trabajo. Por un 2024 lleno de juegos y diversión
Un nuevo año acaba de empezar y es tiempo de propósitos. Un clásico que muchos hacemos aprovechando el balance a final de un ejercicio y la sensación que marca ese nuevo comienzo tras las campanadas de Año Nuevo.
Con una vida que va demasiado deprisa, una actualidad marcada por el último segundo, y una tecnología que nos sitúa frente a las pantallas demasiado tiempo y en soledad, he incluido este año un nuevo objetivo en mi listado del 2024: jugar más y jugar mejor.
Escribo estas líneas en la noche más mágica del año y con todo a mi favor, pues, previsiblemente, Sus Majestades de Oriente dejarán, en las próximas horas, gran cantidad de perfectas excusas para jugar, para pasar tiempo con mis hijas y situarme en un lugar diferente, alejado del estrés, de los problemas diarios, las preocupaciones o las (a veces) dichosas pantallas.
Y es que no siendo yo profesional de la psicología, no me cabe duda de los enormes beneficios que puede aportar el juego en familia si es de calidad, consciente. Puede que el simple hecho de jugar con nuestros hijos permita cumplir algunas de las clásicas peticiones que a todos nos vienen a la mente cuando toca desear: salud, paz y amor.
Salud, porque ese momento de juego y diversión en familia, alejado de los problemas diarios, será, sin duda, saludable y sanador. Paz, porque pasar tiempo de calidad con nuestros hijos nos reconforta y nos hace sentir que, también, cumplimos con nuestro deber; y amor, porque ese juego y esos momentos compartidos con los pequeños, que crecerán y dejarán de querer jugar, quedarán siempre en los recuerdos y en la historia familiar.
Estoy segura, además, de que jugar con nuestros hijos nos permite mejorar y trabajar ciertas habilidades que podemos aprovechar en nuestra carrera profesional y numerosas situaciones de nuestra vida, tanto o más que los consejos o directrices de alguno de los mejores coaches del país. Un buen cara a cara con los pequeños de la casa, sea cual sea el juego que se plantee, supondrá retos, negociación, y, seguro, felicidad, una de las mejores cualidades que cualquier empresa podría desear de sus trabajadores.
Queridos Reyes Magos, este año quiero jugar más, y mejor.