Fraga do Barragán: un tesoro fluvial oculto a solo media hora en coche de Vigo

Distintos ríos, bosques atlánticos y parques naturales rodean al área más cercana a la ciudad Olívica. Un sinnúmero de espacios abiertos que ofrecen a locales y visitantes la oportunidad de disfrutar de todo tipo de actividades al aire libre en el corazón verde de las Rías Baixas, como el senderismo o el ciclismo de montaña. Uno de esos tesoros fluviales se encuentra escondido a apenas media hora en coche del centro vigués y acompaña la estela del río Barragán hasta el embalse de Eiras en un itinerario repleto de magia, historia y un abundante patrimonio etnográfico. La conocida como Senda de la Fraga do Barragán (PR-G 164) atraviesa los municipios de Pazos de Borbén y Fornelos de Montes formando a su paso un recorrido de enorme riqueza natural y paisajística, enmarcada entre antiguos molinos, canales, pasarelas y hasta alguna que otra imponente cascada. 

El río Barragán encuentra su nacimiento en las escarpadas tierras altas que separan las aldeas de Freaza y Boente, a unos 480 metros de altitud sobre el nivel del mar. A medida que desciende serpenteante hacia el norte, el curso fluvial se sumerge en un angosto y reducido valle que presume de albergar una de las fragas naturales mejor conservadas de toda la provincia de Pontevedra. Además, dicha garganta se encuentra flanqueada por grandes elevaciones que presentan un considerable desnivel y que dan forma a extraordinarios rápidos y saltos de agua antes de alcanzar su destino: la confluencia con el famoso río Oitavén, enclavado ya en los límites del citado embalse de Eiras y muy cerca del Monte da Cidade. 

En las entrañas de un bosque atlántico y de ribera

Fervenza de Pozo Machado en el río Barragán. Foto: Google Earth

Entre las localidades de Pazos de Borbén y Fornelos de Montes se esconde una de las fragas naturales mejor conservadas de las Rías Baixas, un lugar donde cobran vida y se entremezclan las especies arbóreas típicas de los bosques atlánticos con los de ribera, muchas de ellas centenarias. Lo cierto es que este enclave mágico del interior de la comarca de Vigo es también el escenario de la Senda da Fraga do Barragán, una ruta circular que alcanza los 17 kilómetros de recorrido (unas 5 horas y media de duración) y cuyo punto de partida y final se encuentra en las inmediaciones de la iglesia de San Salvador de Xunqueiras, en el lugar de Eidos de Arriba. No obstante, y a pesar de su extensión, se trata de un itinerario muy bien señalizado y de baja dificultad. 

Al margen de la riqueza natural y paisajística de la Fraga do Barragán, la huella de la molienda y la tradición popular sigue muy presente en este sendero fluvial. De hecho, uno de los mayores atractivos de la ruta recae en su enorme patrimonio etnográfico, pues a lo largo de todo el trayecto a orillas del río Barragán el caminante tendrá la oportunidad de descubrir las ruinas de la conocida Casa da Raíña, un sinfín de molinos recuperados, viejas levadas y canales de agua, pasos de piedra, puentes e incluso un acueducto del siglo XVIII. Sin ir más lejos, en los primeros kilómetros de la ruta se enmarcan los conocidos como Muíño de Agosto y Muíño do Cubo, un tramo de inmensa belleza que avanza además a través de una pasarela de madera. 

El curso del río continúa avanzando hacia el mirador del emblase de Eiras y el poblado del Monte da Cidade sorteando el desnivel del terreno, por lo que es bastante frecuente encontrar rápidos y algún que otro salto de agua. De entre todos ellos la Fervenza do Pozo Machado o do río Barragán es, sin lugar a dudas, la cascada más extraordinaria de toda la ruta. Este auténtico espectáculo de la naturaleza se encuentra oculto en medio de un bosque autóctono de abedules, avellanos y robles. Lo más curioso de todo es que esta cascada se encuentra dividida por dos niveles de 5 y 2 metros respectivamente. 

El broche de oro a una ruta mágica

Acueducto en la Senda da Fraga do Barragán. Foto: Turismo Rías Baixas

En la década de los años 70, el crecimiento poblacional e industrial de la ciudad de Vigo hizo insuficiente el caudal de la presa de Zamáns a la hora de abastecer a esta gran urbe gallega. Es por ello que a finales de esa misma década se decidió construir el conocido como embalse de Eiras, en un pantano que se extiende a lo largo de 149 hectáreas entre los concellos de Fornelos de Montes y Ponte Caldelas. Dicha presa forma parte en la actualidad del tramo final del sendero fluvial del río Barragán y de hecho, a escasa distancia del mismo se oculta un lugar repleto de historia, misterio y belleza que merece la pena recorrer. Se trata del bautizado como Monte da Cidade, un antiguo asentamiento castrexo se enclavado a unos 286 metros de altitud y cuyos orígenes se remontan más de dos milenos atrás en el tiempo. No obstante, a día de hoy todavía se conservan varios restos de las murallas y hasta son visibles algunas de las estructuras enterradas casi en su totalidad que hay en la zona.