Donde viven los cuentos, el proyecto vigués que educa a través de la naturaleza
El 4 de julio abren un nuevo espacio en una antigua casa con un hórreo y 3.200 metros de huerta situada en Nigrán donde pondrán en marcha todo tipo de actividades al aire libre
22 mayo, 2022 06:00Aire libre, naturaleza y educación medioambiental son los ingredientes que hacen de Donde viven los cuentos un proyecto especial. Acercar a los más jóvenes a la naturaleza para que la conozcan y que la vivan es básico para una de sus creadoras, Carla. "Estamos viviendo una emergencia climática, y no puedes respetar algo si no lo conoces", reflexiona sobre el progresivo alejamiento de la educación de los espacios naturales.
Donde viven los cuentos comenzó en 2017 como una librería; el proyecto creció y se transformó con la llegada de Loreto, psicóloga, y de Flavia, educadora medioambiental, que participó con ellas como monitora en un campamento; tres mujeres jóvenes, entre los 28 y 34 años, que ahora abren un nuevo espacio para llevar a cabo sus actividades.
Una casa antigua, con un hórreo, situada en Nigrán, muy cerca de Camos, en un ambiente rural en plena naturaleza ha sido el elegido para que el proyecto dé un paso más. "Rehabilitamos la casa, construimos un nuevo módulo, porque era pequeña, y tenemos 3.200 metros de huerta", detalla Carla. "La finca antes eran unos viñedos y era más grande. Nuestro arquitecto, que es nuestro casero, nos ofreció hacer ahí el proyecto porque quería que los niños viviesen lo mismo que él durante su infancia".
La nueva localización, que abre el 4 de julio, les ha permitido poner en marcha una huerta; un bosque comestible, con árboles frutales y de frutos secos; un jardín de flores, con plantas medicinales y también comestibles; y un patio vivo diseñado por Miudiño, un espacio donde se busca renaturalizar el aprendizaje. "Yo crecí en una escuela con un patio vivo, en contacto con la naturaleza, que ahora es todo cemento".
Carla incide en los beneficios que conllevan este tipo de patios: "Eso lo que hace es privarle a los niños de ese contacto tan importante para su desarrollo motriz, psicológico e inmunitario. También para su autonomía; no es lo mismo correr por el asfalto que por el bosque, valorando y anticipando riesgos".
Actividades y educación ambiental
Sobre la importancia de la educación medioambiental, que ha perdido importancia con el paso de los años, Carla insiste que en que es muy importante la "renaturalización de la infancia" y que los niños sean "parte activa del aprendizaje", que decida qué información recibe y cómo la recibe.
Para ello, desde Donde viven los cuentos ponen en marcha diferentes actividades a lo largo de todo el año, con importancia destacada en verano, donde el tiempo acompaña para estar al aire libre. En los próximos meses, los campamentos son la actividad más destacada, que también tienen hueco durante el curso escolar para facilitar la conciliación durante mañanas y tardes.
Además, el nuevo espacio les permite ofrecer un lugar idóneo para la organización de eventos infantiles, cumpleaños, comuniones o fiestas de fin de curso.
Otras actividades son los talleres de arqueología, paleontología, historia, arte libre; rutas de senderismo y visitas al estuario da Foz para conocer la fauna de la zona; cuentacuentos; y cursos de educación emocional. Todo destinado no solo a las familias, sino también a las escuelas, a las que ofrecen educación medioambiental.
Alimentación saludable
Una de las peculiaridades es que en los cumpleaños y los campamentos, para los que ya está abierto el plazo de inscripción, los juegos se desarrollan en la naturaleza y se fomenta la alimentación saludable; los niños recogen los alimentos en la huertas y son ellos mismos los que preparan la merienda, fomentando la autonomía y el rechazo a los ultraprocesados. Una naturaleza que también fomenta la creatividad, porque, como asegura Carla, "no es lo mismo jugar con juguetes de plástico que improvisarlos con los elementos que encuentras".
Donde viven los cuentos es una manera de volver a la naturaleza para conocerla, respetarla y comprenderla, en espacios al aire libre y con actividades que se enfocan hacia la renaturalización y a la educación medioambiental. El objetivo, que los más pequeños sean conscientes del mundo en el que viven y que heredarán cuando crezcan y tomen el relevo generacional.